Elevándose altivo sobre los valles de Ibargoiti e Izagaondoa, el macizo de
Izaga se alza ligeramente al SE. de la capital navarra, quedando enclavada en
la conocida como Cuenca de Pamplona. Tres son las cimas principales que
destacan en el macizo de Izaga: Santa Ágata ( 1205 m ), conocida también como
Las Saleras, Sambelles o Ganbella ( 1254 m ), e Izaga/Itzaga ( 1360 m ), cumbre
que da nombre al macizo y una de las cumbres emblemáticas de Navarra. Junto a
la “ vecina “ cumbre de La Higa de Monreal ( 1295 m ), conocida también como
Elomendi y punto más elevado de la Sierra de Alaiz, montaña que por su similar
silueta parece su “ cima gemela “, son visibles prácticamente desde todo los
puntos del territorio navarro.
Su relevante altura, su atractiva silueta y la mencionada cercanía a
Pamplona, hacen de esta cumbre una de las más visitadas de la Comunidad Foral.
Bajo su vertiente meridional se extiende el Valle de Ibargoiti, compuesto por
los concejos de Idocin ( sede del ayuntamiento y lugar de nacimiento del
general Francisco Espoz y Mina ( 1781-1836 ) célebre guerrillero de la Guerra
de la Independencia ), Abinzano, Izco y Salinas de Ibargoiti, además de 6
lugares semidespoblados: Equísoain, Lacáun, Celigüeta, Sengáriz, Zabalza de
Ibargoiti y Vesolla. No es habitual el acceso al macizo desde esta vertiente
pero es posible a pesar de lo “ cerrado “ de la vegetación.
Accesos habituales hacia la Peña de Izaga ( 1360 m ) parten desde la
vertiente septentrional, bajo la cual se extiende el Valle de Izagaondoa, valle
que con una extensión de 59,31 km², lo conforman las localidades de
Guerguitiain, Idoate, Indurain, Iriso, Lizarraga, Reta, Turrillas, Urbicain,
Zuazu y la capital del Valle, Ardanaz.
Valle de Izagaondoa
Geografía
Los materiales margosos que forman el terreno ( conocidos como tufa por los
lugareños ) están encerrados entre los islotes montañosos de la Sierra de
Gongolaz, al norte y este del término ( Gongolaz, ( 830 m ) y Los Espelcos ( 740
m ) ) y las estribaciones montañosas de la Peña Izaga ( 1360 m ) al sur, que
desciende en pendientes pronunciadas hacia las zonas depresivas y llanas del
municipio, situadas éstas alrededor de los 600 metros. Los núcleos de población
han aprovechado las zonas más bajas y llanas para su asentamiento, integrantes
de la depresión o cuenca y las faldas de Peña Izaga ( 1360 m ), que se desgaja
en numerosas colinas entre las que arroyos y barrancos han labrado su cauce
produciendo sobre los terrenos más blandos fenómenos de abarrancamiento.
Este valle prepirenaico navarro que se encuentra en la periferia de la Peña
Izaga ( 1360 m ), consta de una parte deprimida, que la erosión excavó en las
margas del eoceno, y de sendas sierras areniscosas al norte y sur. Una y otras
se integran en el sinclinal detrítico de Izaga. Si consideramos a esta peña
como una fortaleza, un castillo, Izagaondoa sería su foso septentrional. La
vallonada interserrana y el propio término municipal de Izagaondoa se estrechan
considerablemente hacia el oeste, donde un gollete de 200 metros de anchura
comunica con el apéndice del valle que da cobijo a Idoate y Lizarraga.
Naturaleza
Izagaondoa pertenece desde el punto de vista bioclimático a la Navarra
submediterránea: robles, encinas, quejigos y pino silvestre, hayas en los
caracierzos, umbríos, cereales, legumbres y, antes, algunas viñas.
Cabe destacar, la visita a los robles centenarios de Errondo, en la
localidad de Lizarraga.
Historia
En Izagaondoa existen vestigios de una fortaleza o castillo que se hizo
famosa en la historia de Navarra, el castillo de Leguín, que defendía en la
Edad Media la ruta de Lumbier a Pamplona, que era muy transitada. Ardanaz de
Leguín se le llegó a llamar, debido a la importancia que el castillo de Leguín
llegó a tomar en la comarca.
En lo que se refiere a San Miguel de
Izaga, la primera noticia es de 1084. Sancha Oriol deja a su hija Sancha
Sánchez, junto con otros templos y villas " la iglesia que está en la Iga
... con todo lo que le pertenece ". Tres años más tarde la citada Sancha
Oriol pasa los mismos bienes, más otros, a Leyre: la donación habla de la
iglesia en la Higa y del monasterio de San Miguel. En 1094, Toda de Elizaberría
dona a Leyre una viña que había dado a San Miguel de Iga. Y del mismo año
tenemos una concordia suscrita por los nietos de Sancha Oriol, el monasterio de
Leyre y el rey en la cual se habla de una iglesia de San Quirico, "que
está en la cumbre del monte Higa y la iglesia de San Miguel, en el mismo
monte".
En el XVI San Miguel era iglesia anexa a la de Zuazu. En 1547 suscribe
contrato de ermitaño García Periz, que debía dormir y vivir en la ermita de la
Cruz de mayo a la de septiembre y el resto del año en las casas que la ermita
poseía en Zuazu; y subiría los domingos de cuaresma y algunos sábados a
alumbrar la lámpara y a tañer la campana " si el rigor del tiempo no se lo
estorba, como sus predecesores han acostumbrado ".
Fue una de las sesenta autorizadas en 1585, año en que contratan como
ermitaño a Joaner de Ozcoidi, que no sabía escribir, como tampoco su fiador
Martín de Salinas. Le volvieron a nombrar y contratar en 1588. En la relación
de bienes declarados en el contrato van ocho cubas de vino de 16 cargas, 2
cubos de a 15 cargas y 4 arcas de tener trigo. La ermita poseía viñas, que el
visitador Obregón mandó vender, con todas las piezas, por el gasto excesivo de
su cultivo; también prohibió que el ermitaño habitara en San Miguel. Los de
Zuazu apelaron ( 1599 ) y lograron suspender los mandatos. En su alegato los de
Zuazu dicen que el templo está hecho " al modo de la iglesia de San Miguel
de Excelsis y tan grande casi como la iglesia de la parroquial de San Nicolás "
( de Pamplona ) y que las tierras y viñas las dejaron sus antepasados para
sustento y ayuda del ermitaño, sin el cual se perdería la devoción y " menoscabaría
la ermita " y que, puestas a venta, valdrían poco. Dos años más tarde,
cuando el abad de Zuazu se querella contra Joanes de Orradre, ermitaño desde
hace 12 años, de los que no había recibido cuentas, la ermita poseía cinco
viñas en Urroz, otras tres en Zuazu, más siete piezas en este pueblo. El mismo
1613 nombraron ermitaño a Miguel de Lizarraga, de Zuazu, que murió en 1644.
Ocupó el puesto de Sancho de Ardanaz. Más tarde, Miguel de Orradre, a cuyo
fallecimiento nombraron a Juan de Badostain, mozo de Lizarraga que desistió y
dio paso a Pedro Joaquín de Azparre, vecino de Zuazu.
Va dicho que San Miguel de Izaga es anexa de la parroquia de Zuazu y así lo
declaran las letras pontificias de Alejandro VII ( 1635 ). Antes hubo litigio
de Martín de Orradre, abad de Zuazu, contra el de Reta, Juan de Najurieta, a
propósito de los diezmos y primicias de las heredades sitas en Izaga: el de
Zuazu pretendía que eran suyas las diezmas de sus feligreses y la mitad de las
correspondientes a las de otros lugares, cultivadores en Izaga, porque la
ermita está en Zuazu; el de Reta argüía que términos y heredades de Izaga son
comunes a ambos lugares y las diezmas debían entregarse a sus parroquias
respectivas. La sentencia dio la razón a Reta.
En julio de 1799 Igual de Soria manda " reparar todo el material de la
fábrica y retejar lo exterior; blanquear el anexo principal de la ermita (...)
igualar el arco del coro con el otro que tiene al frente y que se retoque y
compongan las alas al San Miguel que se saca en procesión y se retoque la
sacristía; se haga un copón nuevo aprovechando la plata del que hoy sirve de
tal ". Esa efigie del arcángel recibe el nombre de " El Criadios ".
Es pequeña y tosca.
Arte
Como hemos visto en el apartado anterior, son de máximo interés el número
de monumentos ( iglesias, fuentes, etc ) de origen románico en la mayoría de
los pueblos, así como sus palacios de armería, grandes casonas de siglos
anteriores, en interiores ( retablos, pilas, etc ) de sus iglesias.
Cabe destacar el intento de restauración de la Iglesia románica de
Guerguitiain por parte del Ayuntamiento junto con Los Amigos del Románico.
Personalmente y en cuestión de arte recomiendo:
http://www.romanicoennavarra.info/
http://elblogdesimeonhidalgo.blogspot.com.es/2014/07/las-claves-de-izagaondoa-reta.html
Localidades del Valle de
Izagaondoa
Indurain
Se encuentra a la salida septentrional de la pequeña garganta fluvial que
abrió uno de los barrancos afluentes del Apardués al atravesar el arco
montañoso formado por las sierras de Tabar y Gongolaz, cerca del contacto entre
las mangas y areniscas del eoceno. En su término está el despoblado de Muniáin;
probablemente quedó desolado en la segunda mitad del siglo XIII. Hizo la
concentración parcelaria, junto con Guerguitiain, en 1973. Su máximum
demográfico corresponde a 1858 ( 160 habitantes ); desde entonces la población
desciende a 116 habitantes en 1900, 69 en 1950 y 29 en 1991 ( 28 tuvo en 1970 )
y 20 en 2007.
Un poco aislada del resto de la población y en posición dominante sobre un
montículo se eleva la iglesia de la Purificación, edificio tardorrománico rural
del siglo XIII. Tiene un bello retablo mayor plateresco del siglo XVI, dos
laterales barrocos, un Crucificado de comienzos del XVII y una monumental pila
bautismal. Entre su caserío hay casas que datan del siglo XVI, alguna con
ventanas geminadas y otras del XVII y XVIII.
Turrillas y Urbicain
Ambos lugares y concejos de Izagaondoa están situados en las margas de la
vallonada principal de Izagaondoa. Viniendo de Indurain, encontramos a la
derecha, muy cerca de la carretera, a Turrillas, al pie de la sierra de
Gongolaz, a 540 metros de altitud y a orillas del barranco de su nombre, que es
afluente directo del Irati por su margen derecha. Hasta 125 habitantes tuvo en
1858 y hoy sólo vive un par de familias ( 113 habitantes en 1900, 75 en 1950 y
11 en 2007 ).
Turrillas tiene también una preciosa iglesia románica rural del siglo XIII,
con ábside semicircular, bóveda de cañón apuntada y arcos fajones y torre a los
ies en la que se abre el hueco de la puerta de medio punto con crismón en una
de las arquivoltas. Se trata de la parroquia de la Asunción, situada en la
parte más alta del pueblo. Tiene un retablo mayor del siglo XVII en madera
policromada, romanista, compuesto por banco, tres calles de dos pisos y ático.
Pero lo más interesante es la pila bautismal gótica con taza cuadrada decorada
en su frente con el Agnus Dei.
Urbicáin se encuentra al pie de la falda oriental de Peña Izaga, a 570
metros. Tuvo siempre menos población que Turrillas: 68 habitantes en 1887, 65
en 1900, 25 en 1950 y un par de familias fijas, hoy.
La iglesia de San Esteban de Urbicáin pertenece también al románico rural,
pero su cabecera es recta. El retablo mayor es rococó y un lateral, el de la
Virgen del Rosario, barroco popular.
Iriso
Volviendo de Urbicáin a la carretera de Izagaondoa y siguiéndola, por la
izquierda, se atraviesa por el lugar despoblado y antiguo señorío de Beroiz ( tuvo
en torno a 20 habitantes hasta 1950 ) antes de alcanzar Iriso, emplazado a 620
metros de altitud, al pie de la sierra de Gongolaz ( del monte Leguín, dicen el
DAH, Madoz y Altadill ). Iriso pasó de 56 habitantes en 1858 a 61 en 1900, 33
en 1950 y una familia, hoy. Hizo la concentración parcelaria en 1973.
En un pequeño alto y con el caserío a sus pies se levanta la iglesia de San
Pedro, románica rural en su origen, pero transformada en el siglo XVI. Su
portada es gótica y su retablo mayor del siglo XVII, romanista del taller de
Lumbier. De la arquitectura civil sobresale una casa-palacio.
Desde Iriso sale un carretil que conduce a Zuza, lugar del valle de
Izagaondoa.
Ardanaz
La carretera cruza la vallonada central de Izagaondoa para ir del lugar de
Iriso al de Ardanaz, situado casi en el contacto entre las margas y las
areniscas eocénicas de la estribación septentrional de Izaga. Robles y pinos,
cereales y forraje: como casi siempre en el R-6. Hay buenas vistas desde el
lugar, cuya población descendió de 163 habitantes en 1900 y 30 en 1991. Hizo la
concentración parcelaria, junto con Iriso, en 1973.
A la entrada de la población hay un bello crucero gótico protegido por un
capuchón metálico, al estilo del de Urroz. En un extremo se halla la iglesia de
San Martín de Tours, del siglo XIII, modificada en el siglo XIV, tardorrománica
en su origen, pero alterada en el siglo XVI y XVII. La puerta es renacentista
con arco de medio punto acompañado de columnas toscanas y frontón triangular.
Guarda en su interior preciosos retablos; como el mayor, de principios del
XVIII, con esculturas y pinturas, y el lateral del lago del Evangelio, de la
misma época. El del lado de la epístola es plateresco del con mazonería dorada
y, salvo la escultura de la Virgen con el Niño, el resto son tablas pintadas en
el XVI.
Reta
El lugar de Reta se alza sobre una loma en el piedemonte NNO de la Peña de
Izaga, a 632 metros de altitud; pasa por sus cercanías un arroyo que va a parar
al río Erro, aguas abajo de Urroz. Excelentes panorámicas, casas arregladas
para fines de semana y verano. De 115 habitantes en 1900 bajó a 56 en 1950 y a
15 hoy.
Reta sorprende con una iglesia con apariencia de fortaleza, dedicada a San
Pedro del siglo XIII. Es de origen románica, aunque transformada en su mayor
parte al estilo gótico durante el siglo XIV. Su retablo mayor es barroco y su
pila bautismal, decorada con arquillos de medio punto, es medieval. En su
caserío hay una casa palaciega y edificios cuyo origen está en el siglo XVI.
Zuazu
La situación geográfica de este lugar es muy parecida a la de Reta. Hizo la
concentración parcelaria en 1973. Registró 124 habitantes en 1852, 88 en 1900,
64 en 1950, 17 en 2007. Al norte, y cerca de la muga de Urroz, está el
despoblado de Mendinueta. Hay otro Zuazu en el valle de Araquil.
La iglesia de la Purificación de Zuazu es un edificio tardorrománico del siglo
XIII, con ábside semicircular y decorado con canecillos y ventanales románicos.
Su interior también es muy bello, no sólo por su arquitectura, sino por su
hermosa pila bautismal, del siglo XIII, su precioso Cristo gótico y su retablo
manierista de tablas pintadas presidido por una Virgen gótica sedente con el
Niño. En el centro del pueblo, arriba, se alza la casa del Caballero, palaciana
del siglo XVIII.
Peña y San Miguel de Izaga
La Peña de Izaga culmina a mayor altitud ( 1360 m ) que la sierra de Alaiz
( 1.289 metros ). Ambas cumbres son visibles desde largas distancias,
especialmente la Higa ( 1295 m ). Las dos tienen forma piramidal y una ermita
en su cumbre. La diferencia fundamental que las separa tiene que ver con la
estructura y la litología: Izaga es un sinclinal de rocas detríticas ( conglomerados
y areniscas de oligoceno y mioceno que, por ser más resistentes a la erosión
que las margas y arcillas circundantes, pertenecientes al oligoceno inferior y
eoceno, ha quedado en resalte (sinclinal colgado o suspendido ).
A la ermita de San Miguel ( que es un buen mirador del Pirineo ) suben
todavía los romeros entunicados de Izagaondoa el día de la Trinidad. Es una
iglesia de finales del siglo XII y de planta extraña: ábsides poligonales al
exterior y tres naves, con cubierta de madera en sus dos primeros tramos y de
medio cañón el central y cuarto de cañón los laterales, en los otros dos
tramos.
Mendinueta
Yendo de Urroz a Campanas, a poco más de un km. de distancia, arranca por
la izquierda un camino que lleva a Mendinueta, caserío deshabitado y antiguo
lugar de señorío nobiliario ( ahora coto redondo de propiedad particular ) del
valle de Izagaondoa. Fue cabeza de vizcondado de su nombre, instituido en 1644
a favor de Francés Carlos de Beaumont y Navarra. El palacio era de cabo de
armería y tenía derecho de asiento y voto en cortes generales. Cereales y
leguminosas, reliquias de robledal y bujedo, eso es lo esencial del caserío,
que contó con 26 habitantes en 1525, 38 en 1900, 43 en 1950 y 29 en 1960; después
ya no figura en los nomencladores de población oficiales.
En este despoblado se levantan los restos de una torre medieval. La iglesia
está dedicada a Nuestra Señora del Pilar y el palacio contiguo pertenecía al
linaje de los Beaumont. De aquí procede una Virgen con el Niño que puede contemplarse
en el Museo Diocesano de Pamplona.
Idoate
Vueltos a la carretera de Campanas, se toma a la derecha, la que conduce a
Idoate. También este concejo y lugar, que fue de señorío realengo, pertenece a
Izagaondoa. Está situado en la parte más occidental de este valle, juntamente
con Lizarraga, al pie del llamado poche de Ilundáin. Sólo quedan reliquias de
los robledales y hayedos autóctonos que cubrieron las montañas de la muga con
el valle de Aranguren; casi todo el terreno está cultivado ( cereales y menúceles,
y antes de la filoxera, algo de vid ) o tiene pinares de repoblación. Hizo la
concentración parcelaria en 1972. De 65 habitantes en 1858 pasó a 84 en 1910,
63 en 1950 y 19 en 2007.
Tuvo un palacio de cabo de armería y hoy lo único que destaca es la iglesia
parroquial, dedicada es la iglesia parroquial, dedicada a Santa Agueda, con una
gran Virgen sedente gótica, un expresivo Crucificado barroco del siglo XVII y
buenas vistas. La ermita de San Miguel se alza entre los mojones de Idoate y
del vecino Lérruz, y sus " patronos son los vecinos de dichos dos pueblos ".
Lizarraga
Lizarraga de Izagaondoa recibió fueros del rey don Sancho el Fuerte en
1210, y reconoció como señores a Mosén Leonel ( hermano bastardo del rey don
Carlos III el Nobles ) y don Ferrán Martínez de Ayanz. Es un pueblo cuyo término
se alarga, casi paralelo al de Idoate, de oeste a este. Se dedica
principalmente al cultivo de cereales y forrajes, colza y girasol. Hay algunos
pinares de repoblación; del robledal autóctono no quedan más que algunas
muestras. El lugar está emplazado a 585 metros de altitud, entre dos regatas y
en la parte baja de una ladera montañosa. Hizo la concentración parcelaria en
1972. Su máximo poblacional (145 habitantes) se dio en 1852; después descendió
a 109 habitantes en 1900, 96 en 1950, 34 en 1991 y 27 en 2007.
La iglesia parroquial, dedicada a Santa Eulalia, es románica en origen (se
conserva su portada de medio punto con arquivoltas), pero transformada en el
siglo XVIII. El retablo mayor es de la segunda mitad del XVI y la pila
bautismal, medieval, es de forma poliédrica. Entre el caserío destacan varias
cuidadas casas del XVI.
* Información obtenida de la página web del Ayuntamiento del Valle de
Izagaondoa
Una vez más vuelvo a la
Peña Izaga/Izaga ( 1360 m ) pero en esta ocasión lo hago acompañado de mi hijo
Oscar con la intención de realizar la “ clásica “ ascensión que parte desde la
localidad de Ardanaz de Izagaondoa ( 648 m ) aunque para el regreso, y buscando
realizar una ruta “ circular “, tomaremos el camino que desciende por su
vertiente oriental, por la que regresaremos al punto de partida. Esta es mi
propuesta, espero que la disfrutéis.
Resumen
del Itinerario
Estacionaremos nuestro vehículo a la entrada de la localidad de Ardanaz de
Izagaondoa ( 648 m ), en todo momento procurando no molestar.
Atravesaremos el casco urbano de la población para, desde su parte alta,
tomar el camino que no tarda en dejar a su paso una zona de aparcamiento en la
que destaca una fuente.
Desde aquí continuaremos por una amplia pista que no tarda en bifurcarse,
punto en el que destaca un poste indicador. Obviando la que continúa al frente
( SE ), por la que posteriormente regresaremos, tomamos la que asciende por la
derecha ( S ), el camino “ clásico “ a la Peña Izaga/Izaga ( 1360
m ).
La pista posteriormente pasa a convertirse en camino para, sin dificultad
reseñable, remontar balizado con indicadores y esporádicos hitos hasta alcanzar
la ermita erigida en honor a San Miguel ( 1227 m ). Desde esta continuaremos
ganando altura en acusado ascenso por un marcado sendero que termina
desembocando en la cima de la Peña Izaga/Izaga ( 1360 m ).
El camino utilizado en el ascenso nos devuelve a la ermita de San Miguel (
1227 m ), desde la que nace una, en principio, poco perceptible senda que,
ganando notoriedad paulatinamente, nos permitirá desembocar en el Camino de Izanoz,
amplia pista que nos devolverá al punto de partida, la localidad de Ardanaz de
Izagaondoa ( 648 m ).
Datos
del Itinerario
Desnivel:
774 m
Tiempo:
De 3 h a 5 h
Distancia:
13 km
Inicio:
Ardanaz de Izagaondoa ( Navarra )
Fecha
de realización: Julio 2023
Epoca
recomendada: Todo el año
Cimas:
Peña Izaga/Itzaga ( 1360 m )
Descripción del
Itinerario
Sin llegar a adentrarnos en el casco urbano de la pequeña localidad de
Ardanaz de Izagaondoa ( 648 m ), estacionaremos nuestro vehículo junto a unos
pabellones que aparecen enclavados a la orilla de la carretera NA-2402,
estrecho vial que le da acceso.
Comenzaremos a caminar por la citada carreterita que busca adentrarse en
esta recogida población del Valle de Izagaondoa, junto a la que dejaremos a
nuestro paso un bonito crucero gótico protegido por un “ capuchón “ metálico. Junto
a este aparecen una fuente y una mesa de piedra.
Remontamos por la calle “ principal “ para internarnos entre el cuidado
caserío que conforma la localidad mientras buscamos desviarnos momentáneamente hacia
la visible iglesia, erigida en honor a San Martín de Tours. A nuestro paso
quedan el viejo frontón y una antigua fuente.
Retomamos la calle “ principal “ que se transforma en una estrecha callejuela,
en la que destaca el ayuntamiento del Valle.
Abandonamos la localidad por un ancho camino cementado que, en breve, alcanza
una estratégica bifurcación, punto en el que obviaremos la pista que recibimos
por la derecha ( N ) proveniente de la carretera NA-2402 y la que nace de
frente ( SW ).
Continuamos por la izquierda ( S ) para, de inmediato, dar alcance a un
amplio aparcamiento, lugar en el que destacan un panel informativo y una bella
fuente medieval con bóveda.
La pista sigue remontando entre campos de cereal para dar alcance a un
señalizado cruce, lugar en el destaca un poste indicador y punto en el que
haremos caso omiso a la que continúa de frente ( SE ), por la que
posteriormente regresaremos, mientras ganamos altura por la derecha ( S ).
Remontamos por el Camino de Garbiño, el cual gana altura paulatinamente
entre campos de cereal para posteriormente discurrir entre vegetación de monte
bajo.
No tardamos en toparnos con otro marcado cruce, lugar en el que nuevamente
un poste indicador nos “ invita “ a continuar por la derecha ( W ) mientras
obviamos el camino que sigue al frente ( SE ).
El camino continúa su plácido ascenso y por este atravesamos un paso
canadiense completamente tapado con tierra.
En breve alcanzaremos un nuevo cruce, lugar en el que un “ escondido “
poste indicador señaliza el estrecho sendero que nace por nuestra izquierda (
SW ) y que sirve de “ atajo “ al camino más notorio que continúa de frente ( W
). Abandonamos este para tomar el citado sendero, el cual no tarda en
desembocar nuevamente, a la altura de un hito y de otro poste indicador, en el camino
abandonado anteriormente, por el que continuaremos hacia la izquierda ( SE ).
La pista remonta en plácido ascenso hasta alcanzar una marcada curva, lugar
en el que destaca un mugarri junto a la entrada a un campo de cereal. Continuamos
remontando por la derecha ( W ), no tardando en dar alcance a una nueva
bifurcación, lugar en el que haremos caso omiso al camino que sigue al frente (
SW ) mientras ganamos altura por la derecha ( W ). Un hito destaca en el lugar.
El camino, muy notorio en todo momento, da paso a un marcado sendero, por
el que continuaremos ganando altura paulatinamente “ acompañados “ de los hitos
de piedra que lo balizan en todo momento. Conforme ganamos altura la marcada
senda se va encajonando entre vegetación de monte bajo, destacando sobre todo
la presencia de boj, y alcanza un señalizado cruce, lugar en el que destaca un
poste indicador y punto en el que obviaremos el sendero que recibimos por la
derecha ( N ) proveniente de Zuazu ( 624 m ) y Reta ( 632 m ) mientras
continuamos al frente ( W ).
En un corto tramo el sendero deja de ascender para discurrir plácidamente
entre el hayedo pero encajonado entre el abundante boj que cubre su base. No
tardaremos en alcanzar un característico “ penitente “ de roca que destaca
junto al camino para, tras este, continuar ascendiendo “ encerrados “ por el
boj hasta desembocar en un “ claro “ abierto en el bosque, es el Portillo de
Larrondo.
Abandonamos el arbolado para salir a terreno abierto, en el que el sendero,
en todo momento balizado con hitos, sortea los grandes espacios cubiertos de
boj. Evitando estos, la senda gana altura acentuando su inclinación para terminar
desembocando junto a la ermita de San Miguel ( 1227 m ).
Dejamos atrás la mencionada ermita para ganar altura por la loma,
ascendiendo por un marcado sendero que sin excesivas dificultades remonta por
las herbosas praderas “ salpicadas “ de bojes, hasta desembocar en la amplia
cumbre de la Peña
Izaga/Itzaga ( 1360 m ). Vértice geodésico y buzón montañero.
Espectacular panorámica.
La senda utilizada en el ascenso nos devuelve nuevamente a la ermita de San
Miguel ( 1227 m ), edificio desde el que, por la derecha ( SE ), tomaremos el
sendero, poco notorio en sus primeros metros, pero que ganará entidad de
inmediato para adentrase entre el boj.
En todo momento la senda discurre notoria mientras pierde altura “
encerrada “ entre los bojes que lo cubren todo. En “ cómodo “ descenso, en
algunos tramos sin apenas pendiente, daremos alcance a un amplio claro, lugar
en el que destaca una pequeña “ terraza panorámica “ que nos permitirá
disfrutar de una abierta “ vista “ hacia el valle que se extiende a nuestros
pies.
Retomamos el marcado sendero que paulatinamente irá acentuando su pendiente
mientras continúa perdiendo altura entre el boj. Esporádicos hitos lo balizan.
La senda termina adentrándose bajo el hayedo, donde atravesaremos un “ paso
“ en una alambrada que cruza perpendicularmente. El sendero gana notoriedad y se
transforma en un herboso camino, el cual se abre paso entre los pinos mientras
que los hitos pasan a ser más “ numerosos “.
Alcanzamos una pista más notoria que atraviesa perpendicularmente, cruce en
el que destaca un nuevo hito y punto en el que deberemos continuar hacia la
izquierda ( N ) por el amplio “ pasillo “ que se abre paso entre los pinares
que lo envuelven.
Deberemos estar atentos al pequeño claro que se abre en el pinar, lugar en
el abandonaremos la pista para tomar el herboso camino que nace por nuestra
izquierda ( NE ).
De inmediato dejaremos a nuestro paso una pequeña balsa, desde la que
continuaremos perdiendo altura por una estrecha senda que, en su inicio,
amenaza con ser “ engullida “ por el matorral aunque no tarda en ganar entidad
para convertirse nuevamente en camino.
En breve “ tropezaremos “ con un nuevo cruce, lugar en el que un pequeño
hito nos “ invita “ a tomar el sendero que nuevamente desciende por la
izquierda ( N ) y que, una vez más, amenaza con “ cerrarse “.
Damos alcance a una alambrada que cruza perpendicularmente, la que salvaremos
para adentrarnos en una herbosa campa que atravesaremos hasta alcanzar el
camino que le da acceso desde su otra vertiente, el cual nos permitirá
desembocar, a la altura de una cerrada curva, en una amplia pista. Es el Camino
de Izanoz.
Continuamos hacia la izquierda ( NE ) por la amplia pista que, discurriendo
entre extensos campos de cereal, termina alcanzando una más amplia y notoria
que cruza perpendicularmente. Volvemos a tomar hacia la izquierda ( NW ) para
seguir dejando a nuestro paso los campos que tapizan este bello enclave. Es el
camino Nuevo.
En “ cómodo “ discurrir terminaremos desembocando en el cruce señalizado
con un poste indicador por el que ya pasamos al inicio del itinerario y desde
el que alcanzaremos en breve el aparcamiento y la fuente que también dejamos a
nuestro paso anteriormente.
Apenas unos pocos metros más adelante daremos alcance a la estratégica
bifurcación por la que atravesamos al comienzo de la ruta, lugar en el que
ahora evitaremos el camino utilizado anteriormente, que por la derecha ( NE )
proviene de Ardanaz de Izagaondoa ( 648 m ), mientras seguimos al frente ( N ).
La amplia pista no tarda en dejar a su paso el cruce en el que obviaremos
el camino cementado que, por la izquierda ( SW ), da acceso al cementerio ( 634
m ) de la localidad mientras continuamos de frente ( NE ). Buscamos desembocar
en la carretera NA-2402, por la que apenas caminaremos unos pocos metros hacia
la izquierda ( N ) hasta alcanzar el lugar en el que dio comienzo este
itinerario, las afueras de Ardanaz de Izagaondoa ( 648 m ).
Track del Itinerario
Fotos del Itinerario
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Estacionamos nuestro vehículo a las afueras de Ardanaz de Izagaondoa, localidad sobre la que despunta Izaga ( dcha ) y que alcanzaremos por la carretera NA-2402. Comenzamos a caminar por esta en dirección al casco urbano de la población |
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Un panel nos recibe a la entrada de la localidad |
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Un crucero gótico, protegido con un " capuchón ", aparece enclavado a la entrada de Ardanaz
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Detalle del crucero gótico |
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Antes de entrar al casco urbano dejaremos a nuestro paso una fuente ( dcha ) |
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Detalle de la fuente situada a la entrada de Ardanaz |
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A nuestro paso queda la iglesia de Ardanaz, erigida en honor a San Martín de Tours |
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Callejeamos por el casco urbano de Ardanaz, entre cuyas calles " tropezaremos " con un cruce. Deberemos continuar al frente aunque " momentáneamente " nos desviaremos por la izquierda para visitar la iglesia de la localidad
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Camino de la iglesia de Ardanaz dejaremos a nuestro paso el frontón de la localidad |
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Iglesia " tardorrománica " de Ardanaz, erigida en honor a San Martín de Tours |
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Portada de la iglesia de Ardanaz, renacentista con arco de medio punto acompañado de columnas toscanas y frontón triangular |
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Izaga despunta sobre los tejados de Ardanaz |
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Callejeando por Ardanaz, a nuestro paso quedará una fuente ( izda ) |
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Fuente en Ardanaz |
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Detalle del dintel de una de las puertas de entrada a una de las casas de Ardanaz |
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Mientras callejeamos por Ardanaz dejaremos a nuestro paso el ayuntamiento de la localidad |
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Forja en la fachada del ayuntamiento de Ardanaz |
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Abandonamos el casco urbano de Ardanaz dando vista a nuestro objetivo, Izaga ( centro ). La calle por la que salimos de la población se bifurca de inmediato, lugar en el que deberemos optar por continuar al frente ( centro ) |
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Con Izaga ( izda ) despuntando ante nosotros, abandonaremos Ardanaz por un cuidado vial cementado |
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Nuestro camino da alcance a una estratégica bifurcación, punto en el que deberemos continuar por la izquierda |
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A las afueras de Ardanaz dejaremos a nuestro paso un aparcamiento, lugar en el que también aparece una fuente medieval |
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Fuente medieval con bóveda que queda a nuestro paso a la orilla del camino |
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Nuestro camino discurre entre campos de labor en suave ascenso |
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No tardaremos en alcanzar una señalizada bifurcación, lugar en el que un poste indicador ( centro ) nos " invita " a continuar por la derecha. Es el Camino de Garbiño |
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Detalle del poste indicador enclavado en la bifurcación |
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Izaga queda rápidamente atrás |
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Ganamos altura mientras que sobre nuestro camino despunta Izaga ( centro ) |
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El Camino de Garbiño, sobre el que despunta Izaga ( centro ), acentúa paulatinamente su inclinación mientras busca adentrarse entre el arbolado |
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El camino atraviesa un frondoso entorno |
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Nuestro camino vuelve a bifurcarse, lugar en el que un poste indicador ( centro ) nos " invita " a continuar por la derecha |
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El camino discurre muy notorio en todo momento |
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En breve nuestro camino vuelve a alcanzar un nuevo cruce que aparece señalizado por un poste indicador ( centro ), lugar en el que tomaremos el que nace por la izquierda y que sirve de " atajo " al que continúa de frente ( dcha ), en el que volveremos a desembocar más adelante |
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El camino tomado gana altura en acusado ascenso mientras atraviesa un " túnel " abierto entre la vegetación |
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Nuestro camino se transforma en un marcado sendero |
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A la altura de un hito ( dcha ) y un nuevo poste indicador ( centro ) volveremos a desembocar en el camino abandonado anteriormente, por el que continuaremos hacia la izquierda |
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Nuestro maracdo camino continúa su tendido ascenso |
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El camino traza una marcada curva hacia la derecha, lugar en el que dejaremos a nuestro paso el acceso a un campo de cereal, junto al que destaca un pequeño mugarri ( izda ) |
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El camino pierde anchura pero continúa bien marcado |
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Cruce e hito ( centro ), continuamos por la derecha |
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La pendiente, prácticamente nula en algunos tramos, nos permite un " cómodo " ascenso |
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Nuestro camino parece ir perdiendo entidad aunque en todo momento se dibuja notorio |
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Nos adentramos bajo las hayas |
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Nuestro camino se transforma en un estrecho sendero |
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Atravesamos un frondoso paraje |
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Poste indicador y bifurcación. Obviamos el camino que recibimos por nuestra derecha mientras continuamos de frente ( izda ) |
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Detalle del poste indicador que dejaremos a nuestro paso |
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Atravesamos bajo un " túnel " de vegetación |
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El notorio sendero " zigzaguea " entre bojes |
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Las raíces dibujan una " escalera " que facilita nuestro ascenso en los tramos de mayor pendiente |
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Remontamos en acusado ascenso |
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La notoria senda dibuja sucesivas " eses " mientras remonta " cómodamente " |
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La senda se dibuja notoria bajo el roquedo |
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La senda pierde inclinación paulatinamente |
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Alcanzamos un " claro " en el bosque |
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El notorio sendero atraviesa el tramo " abierto " de bosque |
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Un claro en el bosque nos permite disfrutar de una mirada hacia el valle, donde asoma la localidad de Reta |
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Reta |
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El marcado sendero se abre paso entre grandes bojes |
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Alcanzamos un amplio claro que se abre entre los bojes |
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La senda vuelve a adentrase en el bojedal |
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La senda se dibuja entre la vegetación de monte bajo |
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Atravesamos amplios claros, en los que aparecen esporádicos hitos ( centro ) |
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Los claros en el bosque nos permiten dar vista a La Higa/Elomendi ( centro ) |
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El sendero atraviesa bajo cortos tramos de arbolado |
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La senda, nuevamente atravesando entre bojes, acentúa su pendiente paulatinamente |
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Mientras ganamos altura entre el bojedal, sobre nuestras cabezas asoma la ermita de San Miguel ( izda ) |
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La senda amenaza con difuminarse en la herbosa pradera mientras, en acusado ascenso, buscamos alcanzar la ermita de San Miguel |
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Mi hijo Oscar con la ermita de San Miguel a su espalda |
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En las inmediaciones de la ermita de San Miguel damos alcance a una pista de tierra que atraviesa perpendicularmente, por la que continuaremos hacia la izquierda |
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Una marcada senda se dibuja en la herbosa vertiente septentrional de Izaga y por esta continuamos ganando altura
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Dejamos rápidamente atrás la ermita de San Miguel |
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Ganamos altura por una herbosa ladera |
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Miramos atrás hacia la ermita de San Miguel |
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El camino gana notoriedad mientras se torna extremadamente pedregoso |
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La ermita de San Miguel ha quedado definitivamente atrás |
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Volvemos a mirar hacia La Higa, cuya cumbre se va cubriendo conforme avanza la mañana |
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La localidad de Monreal ( abajo ) se extiende bajo La Higa |
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El pedregoso camino remonta abriéndose paso entre los bojes |
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Los grandes bojes amenazan con " engullir " nuestro marcado sendero |
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Conforme ganamos altura los tramos herbosos son más " amplios " |
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En nuestro ascenso por la ladera septentrional de Izaga la pendiente se va acentuando |
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Aprovechamos los tramos de sendero para un más " cómodo " ascenso |
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Salida a la cima de Izaga |
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Mi hijo Oscar en la cima de Izaga |
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Buzón y placa en la cima de Izaga |
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Desde la cumbre de Izaga damos vista a Sambelles ( centro ) y Santa Agata ( dcha ), cimas que hoy no visitaremos |
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Junto a mi hijo Oscar en la cima de Izaga
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Abandonamos la amplia cumbre de Izaga buscando la ladera por la que la alcanzamos |
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Descendemos por la herbosa ladera septentrional de Izaga, por la que antes ascendimos |
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Miramos atrás en nuestro descenso de la cima de Izaga |
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Desde la ladera de Izaga buscaremos encaminarnos hacia la ermita de San Miguel que vemos asomar en primer término |
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Ermita de San Miguel, nos encaminamos nuevamente hacia esta |
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El pedregoso camino por el que descendemos de Izaga busca adentrarse entre bojes |
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Atravesamos los herbosos claros que se abren entre los bojes |
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Un notorio sendero se dibuja en la herbosa pradera, bajo la que asoma cercna la ermita de San Miguel |
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Ermita de San Miguel, edificio desde el que deberemos continuar descendiendo por su derecha |
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Desde la ermita de San Miguel, dando vista a la ladera por la que hemos descendido de la cima de Izaga, tomaremos el herboso sendero que nace bajo esta, poco notorio en su comienzo |
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La ermita de San Miguel queda rápidamente atrás
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La senda tomada gana notoriedad de inmediato |
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La estrecha senda se adentra entre un cerrado bojedal |
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De inmediato dejaremos atrás el terreno abierto para continuar en plácido caminar bajo un frondoso bosque |
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Un claro en el bosque nos permite dar vista Ardanaz ( centro ), localidad enclavada en el Valle de Izagaondoa en la que ha dado comienzo este itinerario |
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Ardanaz |
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Descendemos " plácidamente " por el notorio sendero que se abre paso entre el boj |
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Volvemos a adentrarnos bajo un frondoso entorno |
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El camino gana notoriedad paulatinamente |
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Atravesamos esporádicos claros en el bosque, tramos en los que el boj amenaza con " engullir " la senda |
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La senda por la que descendemos de Izaga alcanza una pequeña " terraza panorámica ", la que nos permite disfrutar de una privilegiada vista hacia el valle, en el que destacan el Embalse de Villaveta ( izda ) y el Pantano de Itoiz ( centro ) |
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Mi hijo Oscar en la " terraza panorámica " con vista a Sambelles ( centro ) |
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Abandonamos la " terraza panorámica " tomando la difusa senda que se dibuja tímidamente entre los bojes |
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Con Sambelles ( centro ) despuntando sobre nuestras cabezas, la senda gana notoriedad de inmediato mientras acentúa su pendiente |
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La estrecha senda vuelve a adentrarse entre la frondosidad del entorno |
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La senda atraviesa numerosos claros en el bosque |
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Esporádicos hitos señalizan nuestro sendero |
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El sendero discurre notorio en todo momento mientras que entre los negros nubarrones se " cuelan " algunos rayos de sol |
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La senda busca adentrarse nuevamente en el frondoso bosque |
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Nos adentramos entre bojes |
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El sendero gana notoriedad e inclinación al adentrase en el hayedo |
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Nuestro camino salva un " paso " en la alambrada |
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El boj cubre la parte baja del hayedo mientras que el camino se abre paso entre estos |
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El camino pierde inclinación paulatinamente mientras nos permite un " plácido " descenso |
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A la orilla del camino continúan apareciendo esporádicos hitos ( dcha ) |
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La pendiente del camino se acentúa nuevamente |
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Nuestro camino gana notoriedad mientras continúa balizado con hitos ( dcha ) |
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Perdemos altura en plácido descenso |
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Nuestro camino traza uan cerrada curva de 180º |
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Los hitos ( dcha ) aparecen más frecuentemente |
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Nuestro camino termina desembocando en una amplia pista que atraviesa perpendicularmente, por la que continuaremos hacia la izquierda. Un hito ( centro ) señaliza el cruce |
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Punto en el que nuestro camino ( dcha ), señalizado con un hito, desemboca en la amplia pista |
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La amplia pista se abre paso entre los pinos |
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Sin apenas pendiente caminaremos plácidamente entre pinares |
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Nos topamos con un discreto cruce, lugar en el que abandonamos la amplia pista para tomar el camino que desciende por la izquierda
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El camino tomado de inmediato deja a su paso una pequeña balsa |
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Nuestro camino se transforma en senda, amenazada con ser engullida por el matorral |
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El sendero gana notoriedad de inmediato buscando transformarse en herboso camino |
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No tardaremos en toparnos con un nuevo cruce, lugar en el que abandonamos el camino para tomar la senda que desciende por la izquierda. Un hito ( izda ) la señaliza |
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La senda tomada aparece algo " cerrada " en algunos tramos aunque en todo momento resulta " caminable " |
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El sendero vuelve a ganar notoriedad mietras se abre paso entre los pinos |
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Alcanzamos una alambrada que nos cierra el paso. La atravesamos |
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Nos adentramos en una abierta pradera, lugar en la que la senda parece perder notoriedad entre la alta hierba |
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El sendero se dibuja a duras penas entre la hierba |
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La senda termina difuminándose, momento en el que continuaremos descendiendo junto al linde del prado |
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Mientras atravesamos el prado, a nuestra espalda despunta Izaga bajo negros nubarrones |
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Alcanzamos el camino que da acceso al prado que acabamos de atravesar, por el que continuaremos en plácido descenso |
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Nuestro camino desemboca en una amplia pista, por la que continuaremos hacia la izquierda. Es el Camino de Izanoz |
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El Camino de Izanoz se abre paso entre campos |
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Nuestro camino inicia un paulatino ascenso |
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Ganamos altura en plácido ascenso |
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La pista por la que caminamos, el Camino de Izanoz, deja a su paso extensos campos de cereal |
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Izaga ( dcha ) despunta sobre los campos de cereal que van quedando a nuestro paso |
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Ya sin apenas desnivel, discurrimos en plácido caminar |
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Dando vista a la piramidal silueta de Legin ( centro ) nuestro camino inicia un paulatino descenso |
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Nuestro camino, el Camino de Izanoz, alcanza una pista que cruza perpendicularmente. Por esta continuaremos hacia la izquierda |
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La pista tomada nos permite dar vista a Ardanaz ( centro ), localidad hacia la que nos encaminamos |
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Desde nuestro camino damos vista a Ardanaz, localidad sobre la que despunta Legin ( dcha ) |
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Ardanaz con Legin asomando detrás |
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Alcanzamos el cruce por el que ya pasamos al comienzo del itinerario, lugar en el que destaca un poste indicador ( izda ) y en el que entones tomamos por la derecha ( izquierda en la foto ) |
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Ardanaz asoma cercano |
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A nuestro paso queda el aparcamiento por el que también pasamos al comienzo de la ruta |
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También volvemos a dejar a nuestro paso la fuente vista al inicio del itinerario |
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Nuestro camino salva el Barranco del Puente Primero que desciende por la izquierda |
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Atravesamos la estratégica bifurcación por la que también pasamos al comienzo de la ruta, lugar en el que ahora evitaremos el camino proveniente del casco urbano de Ardanaz ( dcha ) para seguir al frente |
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A nuestro paso queda alguna de las viviendas enclavadas a las afueras de Ardanaz |
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La pista por la que caminamos, con Legin despuntando al frente ( centro ) evita el paso por la localidad de Ardanaz ( dcha ) dejándola al paso. La iglesia ( dcha ) y el cementerio ( izda ) asoman ante nosotros |
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El cementerio de Ardanaz ( izda ), al que aparece adosada la ermita erigida en honor a San Salvador, asoma en primer término |
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La iglesia de Ardanaz, visitada anteriormente, despunta sobre los tejados de la localidad |
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Nuestro camino deja a su paso el camino que, por la izquierda, da acceso al cementerio de Ardanaz mientras continúa por la derecha |
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Obviamos el camino cementado que da acceso al cementerio de Ardanaz, situado a escasos metros de nuestro camino |
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Nuestro camino, amplia pista, busca alcanzar la carretera NA-2402 que, dando acceso a Ardanaz, atraviesa perpendicularmente |
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Terminamos desembocando en la carretera NA-2402 que da acceso a Ardanaz, por la que continuaremos por la izquierda en dirección al pabellón enclavado a sus afueras |
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Apenas caminamos unos metros por asfalto cuando alcanzamos el pequeño aparcamiento en el que tenemos estacionado nuestro vehículo, inicio y final de este itinerario |
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