En las estribaciones
pirenaicas, alzándose sobre la ciudad de Jaca ( 818 m ) y desprendida bajo la
vertiente meridional de la cordillera, se eleva una llamativa montaña que con
su impresionante proa rocosa destaca sobre la comarca de La Jacetania, es la
Peña Oroel ( 1770 m ).
La Peña Oroel ( 1770 m
) cierra por el Sur la ciudad de Jaca ( 818 m ), localidad situada en el
extremo oriental de la Canal de Berdún.
La Canal de Berdún se
extiende desde Jaca hasta el Embalse de Yesa y por ella discurre el río Aragón
que interrumpe su curso al ser represado en dicho embalse. La Sierra de Leyre y
Orba limitan por el Norte la Canal de Berdún mientras que la Peña Oroel y la
Sierra de San Juan de la Peña lo hace por el Sur.
Históricamente la Canal
de Berdún ha sido una importante vía de comunicación entre los valles
pirenaicos y por ella discurre el Camino de Santiago proveniente del Puerto de
Somport ( 1640 m ).
La Peña Oroel ( 1770 m
), montaña que nos ocupa, es el punto más elevado de un pequeño macizo que se
extiende de Oeste a Este y en el que apenas destacan las poco prominentes cimas
de Punta de Sora ( 1707 m ), cota enclavada en el centro del mismo, y Punta
Bacials ( 1689 m ), sita en su extremo oriental.
Desde el punto de vista
montañero son numerosos los puntos de acceso habitualmente utilizados para la
ascensión a esta conocida montaña aunque, sin lugar a dudas, el más cómodo y
por lo tanto el más frecuentado es el Parador de Oroel ( 1186 m ). Este enclave
está situado bajo la vertiente septentrional del pequeño macizo de Oroel y
desde aquí parte el sendero balizado como PR HU-66 que alcanza la cumbre.
Para los que buscan una
ascensión un “ pelín “ más exigente sería recomendable tomar como punto de
partida la población más importante de las que rodean la montaña, es decir,
Jaca ( 818 m ), ruta exenta de dificultades en la que, eso sí, deberíamos tener
en cuenta la distancia a recorrer.
Y ya si lo que queremos
realizar es un itinerario circular, desde mi modesto punto de vista el más “
completo “, complementaríamos la mencionada ruta que parte desde Jaca ( 818 m )
con la visita a las tres cimas que se elevan en la parte alta del macizo para
posteriormente descender por la Senda de los Lobos yendo a alcanzar la pequeña
localidad de Barós ( 933 m ), población enclavada también bajo la vertiente
septentrional del macizo y desde la que regresaremos al punto de partida, Jaca
( 818 m ). Esta ruta ya la realizamos anteriormente. Ver: “ Peña Oroel-Punta de Sora-Punta Bacials ( Desde Jaca ) “.
En una anterior ocasión
ya realicé el itinerario más “ clásico “, además de “ cómodo y asequible “, de
entre los que ascienden a la Peña Oroel ( 1770 m ), el que ya he mencionado
anteriormente que parte desde el Parador de Oroel ( 1186 m ) aunque, eso sí,
realizando una ruta “ circular “ en la que tras visitar las cimas de la Punta
de Sora ( 1707 m ) y la Punta Bacials ( 1689 m ) descendimos por la Senda de
los Lobos. Ver: “ Peña Oroel-Punta de Sora-Punta Bacials ( Desde el Parador de Oroel con descenso por la Senda de los Lobos ) “.
En esta ocasión,
acompañado de mis hijos Oscar y Unai, pretendo repetir esta “ cómoda “
ascensión a la Peña Oroel ( 1770 m ) aunque le vamos a añadir una interesante “
variante, la visita a la ermita de la Virgen de la Cueva ( 1449 m ). Esta es mi
propuesta, espero que la disfrutéis.
La
ermita de la Virgen de la Cueva
Cuenta la leyenda que
mientras un pastor de cabras apacentaba su rebaño por tierras de Soduroel,
observaba que todos los días una de ellas desaparecía y que, al atardecer,
volvía a juntarse con el rebaño. Un buen día el cabrero se decidió a seguirla y
descubrió que se dirigía a una oquedad natural sita en una peña vecina. Al
penetrar en ella siguiendo al ánima descubrió la imagen de Nuestra Señora.
La misma tradición
afirma que la oquedad en la que apareció la imagen de la Virgen es la misma en
la que en el siglo VIII se reunieron los cristianos aragoneses para
juramentarse y planear su defensa contra el invasor sarraceno. Esta tradición
enlaza con una idéntica en la Cueva de Galión, el actual Monasterio Viejo de
san Juan de la Peña.
* Fuente:
Ricardo Mur “ En torno a la Virgen de la Cueva “ ( 1992 )
La cueva de la Virgen
se encuentra literalmente en el corazón de Oroel, considerada la montaña “
sagrada “ de Jaca y su entorno. La ubicación de esta ermita natural no es
casual, se halla en un lugar privilegiado, rodeada de bosques y manantiales que
transmiten una energía especial.
Dentro, el agua,
elemento purificador para las culturas ancestrales, mana continuamente dando
lugar a curiosas formaciones a las que se atribuyen propiedades curativas. Son
“ los pechos de la Virgen “. Los romeros se lavaban los ojos en esta fuente
natural, una gran estalactita formada por el agua filtrada, durante miles de
años, por la montaña mágica.
Hasta hace una década,
cuando se produjo el derrumbe que fue su condena, en la gruta había dos
espacios diferenciados, separados por una reja de forja, cuyos restos
permanecen hoy, destrozados, mezclados con el barro y las piedras. También, una
cámara oculta y una pila bendita.
Del mismo modo, las
rocas de este lugar, atendido desde tiempos inmemoriales por ermitaños, uno de
ellos está enterrado en el interior del santuario, tenían un significado
especial para los creyentes, por lo que era habitual llevarse a casa una piedra
de la Virgen de la Cueva. Antaño, para enfrentar las tormentas, con el tiempo,
como protección.
Como contrapunto, en el
exterior está la Casa de los Cófrades. Se levantó prácticamente de la nada,
tras la ruina absoluta de la original, entre 2002 y 2005. Hoy, en sus paredes
cuelgan fotografías antiguas que recuerdan la historia del lugar. Conviven con
objetos de gran valor sentimental para los romeros y devotos de la Virgen de la
Cueva.
La Virgen de la Cueva
ya protagonizó momentos críticos a mediados del siglo XX. La ermita y la casa
de los cófrades comenzaros a desmoronarse y sus alrededores se llenaron de
maleza, llegando a cerrarse los caminos.
La imagen se trasladó
entonces al Obispado, donde permaneció varios años aunque varias familias
subían desde Pardina de Ordolés para cumplir con la tradición.
En el año 1966 Escuelas
Pías de Jaca asumió la custodia de la Virgen de la Cueva y de la ermita e
impulsó las romerías que prácticamente se habían perdido. A partir de ahí
comienza la recuperación. Se viven años de entusiasmo e ilusión gracias al
esfuerzo y el trabajo voluntario de muchos devotos y romeros. Unos momentos
dulces que se prolongarán hasta bien entrado el siglo XXI.
Pero, en el invierno
del año 2012 y como consecuencia de las fuertes lluvias, comenzaron los
desprendimientos. Se abrió una gran grieta en el techo de la ermita que
desembocaría en su completo desplome, sepultando bajo una gran mole de
conglomerado la sala natural que daba cobijo a los romeros y destruyendo el
muro de mampostería y la puerta de acceso.
Hoy, una década
después, todavía quedan en pie la capilla y el altar. Allí no volverá la Virgen.
Hay carteles que advierten de que, en la gruta y su entrono, en cualquier
momento pueden producirse importantes desprendimientos porque es un lugar
inestable. Además, las filtraciones continuas de agua y humedad tampoco ayudan
a frenar su deterioro.
Precisamente, en el año
2017, se producía la caída de un gran bloque de piedra en la zona Sur del monte
Oroel que causaba una importante alarma entre la población. En cualquier
momento podría registrarse otro suceso similar en la zona. Son movimientos
geológicos que, según los expertos, suelen ser habituales por la propia
composición de la montaña pero que para la cueva resultarían fatales. Con un
nuevo derrumbe, que parece inevitable, la gruta quedará enterrada para siempre
bajo toneladas de piedra.
La
hermandad de la Virgen de la Cueva
Muchas han sido las
familias jacetanas que, durante siglos, han honrado a la Virgen de la Cueva,
especialmente las procedentes de las ventas y pardinas de Sudoroel, de Navasa,
Artaso y Bernués. Y de Ara, Abena, Binué, Barós, Jaca y Ulle, a principios del
siglo XX, cuando la romería vivió uno de sus mejores momentos.
Desde el año 1989,
tomando el testigo de la Real hermandad de Santa Orosia , los hermanos de la
Virgen de la Cueva son los encargados de mantener viva la tradición aunque, hoy
en día, la romería se celebra en el Parador de Oroel, muy lejos de su lugar
original.
La
imagen de la Virgen de la Cueva
La imagen de la Virgen
de la Cueva conserva trazas románicas pero ha sido objeto de numerosas
restauraciones que hacen muy difícil datar su verdadero origen. De la época
románica, quizá del siglo XII, quedan el asiento, parte del cuerpo, los pies y
restos de policromía. En el siglo XVI se le prepara para la época, para
vestirla con mantos, y durante la Guerra Civil fue mutilada y destrozada.
Posteriormente fue
restaurada en Pamplona, donde se le intentó devolver la apariencia románica que
hoy mantiene. Está custodiada por los escolapios de Jaca.
La ermita natural de la
Virgen de la Cueva, aquella gruta en la que, según la tradición, la Madre de
Dios se apareció a un cabrero y donde, en el siglo VIII, se reunieron los
cristianos aragoneses para planear la defensa contra el invasor sarraceno, está
a punto de desaparecer. Testigo de la entrega y veneración de los jacetanos
durante generaciones, sucumbe sin remedio a la fuerza inexpugnable de la madre
naturaleza.
Lejos quedan los
tiempos de romería, cuando hasta el obispo de Jaca se hacía al monte, hasta el
Canterón de Ubiel, para bendecir los términos. Siglos de historias, costumbres
y leyendas ancestrales han quedado sepultados por la inmensidad de la montaña.
Será muy difícil, casi
un milagro, que la imagen de la Virgen, tan venerada y querida por los pueblos
de las faldas del Monte Oroel, puedan regresar a la cueva. La naturaleza
reclama lo que una vez prestó al hombre ya la gruta corre peligro real de
desaparecer para siempre en las entrañas de la montaña mágica.
* Fuente:
Jacetania Express ( Rebeca Ruiz )
Resumen
del Itinerario
Tomaremos como punto de
partida para este “ corto “ itinerario el Parador de Oroel ( 1186 m ), bello
enclave que alcanzaremos por el estrecho carretil asfaltado que nace desde la
carretera A-1205, vial que tomaremos a la entrada de Jaca ( 818 m ) y que comunica
esta localidad con la de Santa María de la Peña ( 546 m ).
Desde el citado Parador
de Oroel ( 1186 m ), tras cruzar la “ carreterita “ que le da acceso, nace el
nítido sendero que, perfectamente balizado, asciende entre pinos hasta dar
alcance al discreto collado ( 1668 m ) abierto entre Punta de Sora ( 1707 m ) y
Peña Oroel ( 1770 m ).
Una marcada senda
asciende por la loma en dirección Oeste para, sin dificultad reseñable,
desembocar en la amplia cima de la Peña Oroel ( 1770 m ), coronada por una gran
Cruz.
Para el descenso
tomaremos otra nítida senda que evita la loma y que discurriendo bajo su
vertiente meridional termina por desembocar nuevamente en el collado ( 1668 m )
anteriormente visitado aunque antes de llegar a alcanzarlo, a la altura de un
poste indicador, nos desviaremos por la derecha ( S ) para tomar el notorio
sendero que desciende hacia la ermita de la Virgen de la Cueva ( 1449 m ).
En acusado descenso
alcanzaremos el poste indicador que señaliza el desvío hacia la citada ermita,
la que alcanzaremos sin dificultad reseñable y a la que se aconseja “ no entrar
“ debido al “ riego de derrumbe ”.
De nuevo junto al poste
indicador citado anteriormente, desde el que nos desviamos hacia la citada
ermita ( 1449 m ), retomaremos el marcado sendero que discurre bajo la
vertiente meridional del macizo de Oroel y que termina por desembocar en una
amplia pista.
Apenas caminaremos unos
pocos metros por la mencionada pista ya que, de inmediato, un hito nos “ invita
“ a abandonarla por la izquierda ( E ) para tomar el marcado sendero que, en
acusado ascenso, remonta por la acusada ladera SW. de la Punta Bacials ( 1689 m
), en cuya cumbre desembocaremos si dificultad reseñable.
Tras visitar su cota
septentrional ( 1687 m ) descenderemos hacia el collado ( 1631 m ) que nos
separa de la cercana cima de Punta de Sora ( 1707 m ), cumbre que hoy no
visitaremos.
En este discreto collado
( 1631 m ), balizado con un notorio hito, tomaremos la conocida como Senda de
los Lobos, estrecho sendero que en plácido discurrir entre las hayas nos
devuelve a la carreterita que da acceso al Parador de Oroel ( 1186 m ).
Continuaremos por esta hacia
la izquierda ( W ) para, en agradable caminar, desembocar rápidamente en el
punto de partida, el mencionado Parador de Oroel ( 1186 m ).
Datos
del Itinerario
Desnivel:
932 m
Tiempo:
De 4 h a 6 h
Distancia:
13´96
km
Inicio:
Parador de Oroel ( Huesca )
Fecha
de realización: Julio 2023
Epoca
recomendada: Todo el año
Cimas:
Peña Oroel ( 1770 m ); Punta Bacials ( 1689 m )
Descripción del
Itinerario
Este itinerario da
comienzo en el Parador de Oroel ( 1186 m ), enclave al que accederemos por el
estrecho carretil asfaltado que nace desde el kilómetro siete de la carretera
A-1205,. Esta vía la habremos tomado en la rotonda de entrada a Jaca ( 818 m ),
si lo hacemos desde Pamplona, y que comunica la capital de la comarca de La Jacetania
con la localidad de Santa María de la Peña ( 546 m ).
Tras apenas tres
kilómetros de discurrir por el citado carretil damos alcance al amplio
aparcamiento que da servicio al Parador de Oroel ( 1186 m ), lugar en el que
podremos estacionar nuestro vehículo y desde donde podremos disfrutar de la
bella y abierta panorámica que nos ofrece el Mirador del Pirineo.
Sobre este bello
enclave despunta nuestro principal objetivo para este itinerario, la rocosa
proa de la Peña Oroel ( 1770 m ) en la que divisamos nítidamente la gran cruz
que la corona.
Este es el lugar más
utilizado como punto de partida por los “ menos andarines “ que quieren
alcanzar la cumbre de la Peña Oroel ( 1770 m ) y por lo tanto habitualmente
está muy frecuentado. Nos encontraremos con una fuente y una cuidada área de
esparcimiento.
Comenzamos a caminar
desde el citado aparcamiento ( 1186 m ) para, tras atravesar la carreterita por
la que le hemos dado acceso, tomar el notorio sendero que nace al frente ( S ).
La balizada senda gana altura en acusada pendiente para zigzaguear por el
bosque de pino silvestre y tras un “ entretenido “ ascenso terminar
desembocando en el pequeño collado ( 1668 m ) abierto entre las cimas de la
Punta de Sora ( 1707 m ) y la Peña Oroel ( 1770 m ). Un poste indicador destaca
en el lugar.
Desde el citado collado
( 1668 m ) nacen dos senderos por nuestra derecha ( W ) para dar acceso a
nuestro principal objetivo de esta ruta, la Peña Oroel ( 1770 m ). Haciendo
caso omiso del que discurre a media ladera ( izda ), tomaremos el que asciende
hacia la parte alta de la loma para, en tendido ascenso y sin llegar a
alcanzarla, continuar ganando altura unos pocos metros por debajo de esta.
Ascendemos plácidamente
y terminamos desembocando en el camino citado anteriormente que obviamos en el
collado ( 1668 m ), desde el que venimos ganando altura.
Dicho camino gana
notoriedad para acentuar tímidamente su pendiente y terminar alcanzando la tan
ansiada cumbre de la Peña Oroel ( 1770 m ). Amplia cima que aparece
coronada por una gran Cruz de 9 metros de altura que fue colocada por el cuerpo
de forestales en el año 1902. Un vértice geodésico destaca junto a la citada
Cruz. Espectacular panorámica hacia todas las vertientes aunque hoy la niebla nos
priva de poder disfrutarla.
Iniciamos el descenso
hacia el collado ( 1668 m ) que nos separa de la Punta de Sora ( 1707 m ), en
el que desembocamos a nuestra subida desde el Parador de Oroel ( 1186 m ). Para
ello tomaremos el camino utilizado en el ascenso aunque, a la altura del cruce
por el que ya pasamos anteriormente, ahora obviaremos la senda empleada a la
subida mientras continuamos descendiendo de frente ( SE ).
El sendero por el que
perdemos altura “ cómodamente “ discurre entre vegetación de monte bajo y no
tarda en alcanzar un amplio claro, lugar en el que destaca un poste indicador.
Será junto a este donde abandonaremos el marcado camino que sigue de frente ( E
), en dirección al citado collado ( 1668 m ), para tomar la notoria senda que nace
por la derecha ( S ) y que desciende hacia la ermita de la Virgen de la Cueva (
1449 m ).
El sendero tomado se
abre paso entre erizones y bojes aunque no tarda en adentrarse bajo los pinos,
discurriendo en todo momento muy marcado en la ladera meridional del macizo de
Oroel.
La pendiente
paulatinamente se acentúa mientras perdemos altura rápidamente, terminando por
alcanzar una marcada bifurcación, lugar en el que deberemos continuar hacia la
izquierda ( E ) aunque un poste indicador señaliza el “ desvío “ por la derecha
( W ) hacia la cercana ermita de la Virgen de la Cueva ( 1449 m ).
Tomamos el citado “
desvío “, un marcado sendero que no tarda en alcanzar el bucólico paraje en el
que aparece enclavada la citada ermita ( 1449 m ) y la Casa de los Cófrades.
Tras la obligada visita
retornaremos a la bifurcación anteriormente citada, lugar en el que, ahora sí,
tomaremos la notoria senda que, entre pinos, discurre en plácido trazado por
las laderas meridionales del macizo de Oroel.
En breve nuestro sendero
atravesará bajo una espectacular pared de conglomerado que defiende uno de los
tramos de la frondosa ladera por la que caminamos.
La senda continúa su
notorio discurrir bajo los pinos y vegetación de monte bajo mientras atraviesa
a su paso esporádicos claros abiertos en el frondoso bosque.
En plácido discurrir y
dejando a nuestro paso algunos paneles informativos enclavados a la orilla de
nuestro camino terminaremos desembocando en una pequeña explanada, lugar en el
que nuestra senda se transforma en pista. Continuamos por esta aunque apenas caminaremos
unos metros por ella ya que, en breve, tropezaremos con una discreta
bifurcación, lugar en el que un hito de piedras señaliza una notoria senda que
asciende por nuestra izquierda ( E ).
Abandonamos la pista
para tomar la citada senda, muy marcada y balizada con numerosos hitos, por la
que remontaremos en acusado ascenso mientras nos abrimos paso entre los
erizones que cubren por completo la despejada ladera meridional del macizo de
Oroel.
La pendiente paulatinamente
irá perdiendo inclinación para permitirnos un agradable tramo final en el que,
“ encajonados “ entre bojes, terminaremos desembocando en la amplia y herbosa
cumbre de la Punta
Bacials ( 1689 m ). Un gran hito de piedras la señaliza. Abierta
panorámica.
Cercana, bajo la
vertiente septentrional, destaca una amplia y herbosa loma salpicada de bojes,
de la que nos separa un pequeño y prácticamente inapreciable “ colladito “ ( 1677 m ). Atravesamos este
para adentrarnos entre grandes bojes buscando alcanzar de inmediato la Cota Norte de la
Punta Bacials ( 1688 m ). Un pequeño hito la señaliza mientras que
una muga asoma entre los bojes. Abierta panorámica hacia el valle y el macizo
pirenaico.
Volvemos a adentrarnos
entre los bojes para descender por nuestra derecha ( W ), primero entre bojes y
posteriormente por terreno despejado y herboso, hacia el collado ( 1631 m ) que
nos separa de la Punta de Sora ( 1707 m ), en el que desembocaremos de
inmediato.
Un notorio hito señaliza
la Senda de los Lobos, nítido sendero que se adentra entre los bojes para
perder altura en acusado descenso.
No tardaremos en dejar
atrás el boj mientras continuamos descendiendo bajo los pinos y las hayas que
cubren la frondosa ladera septentrional del macizo de Oroel.
En nuestro descenso dejaremos
a nuestro paso una discreta bifurcación, lugar en el que haremos caso omiso del
sendero que nace por la izquierda ( W ) mientras continuamos perdiendo altura de
frente ( N ).
Nuestro camino pierde
altura “ cómodamente “ para terminar desembocando en la carreterita asfaltada
que da acceso al Parador de Oroel ( 1186 m ), vial que tomaremos por la
izquierda ( W ) para, tras corto discurrir por este, alcanzar en breve el
aparcamiento en el que dio comienzo este itinerario.
Track del Itinerario
Fotos del Itinerario
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La Peña Oroel ( centro ), nuestro " principal " objetivo para este itinerario que aparece cubierto por una nube, despunta sobre el aparcamiento aledaño al Parador de Oroel |
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Parador de Oroel
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" Mirador del Pirineo ", un panel informativo destaca en el " privilegiado " balcón aledaño al Parador de Oroel |
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Detalle del panel informativo situado en el " Mirador del Pirineo "
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Mirada hacia la Peña Oroel ( dcha ) desde el Parador de Oroel |
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Acompañado de mis hijos Oscar y Unai comenzaremos caminar desde el aparcamiento aledaño al Parador de Oroel, donde hemos estacionado nuestro vehículo |
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Atravesamos la carretera que da acceso al Parador de Oroel para tomar el camino que nace al frente ( centro ) |
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El notorio camino inicia un acusado ascenso pero estos dos " arrancan " sin darme " tregua " |
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Nuestro camino se bifurca de inmediato. Obviaremos el que continúa de frente ( dcha ) hacia lo que parece ser un depósito de agua ( dcha ) mientras seguimos por la izquierda como señaliza el indicador ( centro ) colocado en un árbol
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Depósito de agua enclavado a orillas del camino al que haremos caso omiso |
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Detalle del indicador colocado en un árbol |
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El camino tomado se dibuja notorio en el pinar |
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El amplio y escalonado camino remonta en acusado ascenso entre los pinos |
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Esporádicos tramos " escalonados " han sido " renovados " |
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Detalle de uno de los paneles informativos enclavados a la orilla de nuestro camino |
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Ganamos altura paulatinamente mientras caminamos en todo momento entre un frondoso entorno |
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La tendida pendiente nos permite un agradable ascenso |
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Las numerosas raices que atraviesan el camino facilitan nuestro " escalonado " ascenso |
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El pinar por el que vamos caminando, en esporádicos tramos, permite que se cuelen los rayos del sol |
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El camino en algunos tramos es muy ancho |
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Nuestro camino traza sucesivas curvas |
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Esporádicos paneles informativos aparecen a la orilla de nuestro camino |
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Detalle de uno de los paneles informativos enclavados a la orilla de nuestro camino |
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En esporádicos tramos nuestro sendero se dibuja en la roca
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Un nuevo panel aparece a la orilla del camino |
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Detalle de otro de los paneles informativos enclavados a la orilla de nuestro camino |
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Estos dos siguen a buen ritmo |
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Las raíces de pinos y hayas nos sirven de socorridos " escalones " en los tramos de mayor pendiente |
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Bifurcación, un indicador de madera ( izda ) señaliza el camino a seguir. Obviaremos el sendero que nace de frente ( izda ) mientras trazamos una cerrada curva hacia la derecha |
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La pendiente parace perder inclinación momentáneamente permitiéndonos una pequeña " tregua " |
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Estos no permiten " tregua " alguna |
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El camino continúa su " sepenteante " trazado |
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Conforme ascendemos las hayas dejan paso a los pinos, entre los que continuaremos ganando altura |
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En acusado ascenso salvaremos un nuevo tramo de sendero dibujado en la roca |
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El sendero por el que ascendemos parece " encerrarse " entre rocas y pinos |
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Donde no son los troncos serán las raíces las que hagan nuestro ascenso más " cómodo "
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Estos no paran |
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Un nuevo tramo " escalonado " nos permite continuar ganando altura " cómodamente " |
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El camino parece perder entidad para transformarse en estrecho pero notorio sendero |
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La niebla nos envuelve mientras impide que disfrutemos de esporádicas " vistas " |
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La pendiente parece perder inclinación paulatinamente |
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Un sendero más " tendido " es señal inequívoca de que vamos alcanzando la parte alta de la sierra |
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El boj parece querer " engullir " nuestro sendero
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Terminamos desembocando en un discreto collado, lugar en el que destaca un poste indicador |
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Detalle del poste indicador enclavado en el discreto collado
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En el collado alcanzado nos topamos con un notorio cruce. Obviamos el sendero que nace por la izquierda mientras optamos por tomar el que asciende por la derecha |
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El sendero a seguir aparece muy marcado en el terreno |
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La senda por la que ganamos altura discurre en algunos tramos por lo alto de la loma |
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La niebla que cubre la parte alta de la loma cimera nos " engulle " |
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No tardaremos en desembocar en la marcada senda que, por la izquierda, asciende también desde el collado. Continuaremos ganando altura por la derecha en dirección a la ya cercana cumbre de la Peña Oroel, hoy " desaparecida " entre la niebla |
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A nuestro paso dejaremos junto al camino un gran montón de piedras
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En el tramo final hacia la cima de la Peña Oroel nuestro camino gana en notoriedad |
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La pendiente del camino que busca alcanzar la cima de la Peña Oroel acentúa paulatinamente su inclinación |
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Entre la niebla vemos asomar la gran cruz que " corona " la cima de la Peña Oroel |
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Cima de la Peña Oroel, en la que destacan una gran cruz y un vértice geodésico
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Mis hijos Oscar ( dcha ) y Unai ( izda ) junto al vértice geoésico enclavado en la cima de la Peña Oroel |
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Junto a mis hijos Oscar ( izda ) y Unai ( dcha ) en la cima de la Peña Oroel |
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Ya que la niebla nos priva de disfrutar de la espectacular panorámica que ofrece la cima de la Peña Oroel decidimos abandonar rápidamente su amplia cumbre |
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En nuestro descenso de la cima de la Peña Oroel pasaremos junto al panel panorámico enclavada en sus inmediaciones. Mis hijos Oscar ( dcha ) y Unai ( izda ) posan junto a esta |
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Detalle del panel panorámico enclavado en las inmediaciones de la cima de la Peña Oroel |
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Abandonamos definitivamente el panel panorámico, tras el que asoma la cruz " cimera " de la Peña Oroel |
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Desde el panel panorámico enclavado en las inmediaciones de la cima de la Peña Oroel retomaremos el marcado camino |
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En algunos tramos abandonaremos nuestro camino para acercarnos a los " cortados " que asoman cercanos |
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El camino, balizado con hitos, discurre a escasos metros de la parte alta de la loma |
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La niebla se abre tímidamente permitiéndonos divisar el Parador de Oroel |
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El Parador de Oroel y el aparcamiento aledaño asoman entre la niebla |
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Retomamos nuestro camino para discurrir a escasos metros de los " cortados " ( izda ) del macizo de Oroel |
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Nuestro camino definitivamente buscará discurrir bajo la parte alta de la loma |
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La niebla que envolvía la cima de la Peña Oroel y la parte alta del macizo parece " abrirse " paulatinamente |
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Desde la notoria senda por la que descendemos damos vista a la vertiente meridional del macizo de Oroel, mucho más despejado |
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La senda paulatinamente se irá " encajonando " entre vegetación de monte bajo |
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Desde nuestro camino miramos atrás una y otra vez para ver como la niebla no abandona la cima de la Peña Oroel |
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Entre vegetación de monte bajo la senda continúa su notorio discurrir |
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El camino gana notoriedad en su discurrir entre los altos bojes que lo envuelven |
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Atravesamos amplias y herbosas praderas |
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Terminamos desembocando en un amplio claro, lugar en el que destaca un poste indicador ( dcha ), lugar en el que abandonaremos el notorio camino que continúa al frente ( izda ) para tomar el marcado sendero que nace por la derecha
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Detalle del poste indicador enclavado en la bifurcación
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Detalle del poste indicador
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La niebla parece querer acompañarnos en nuestro descenso hacia la ermita de la Virgen de la Cueva |
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El notorio sendero pierde altura entre erizones mientras discurre muy marcado en el terreno |
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La marcada senda termina adentrándose entre los pinos |
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En acusado descenso continuaremos perdiendo altura entre pinos |
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En algunos tramos la pendiente es muy acusada |
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Conforme perdemos altura los pinos van dejando paso a la vegetación de monte bajo |
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Nuestro camino se encierra entre bojes |
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Caminamos bajo la verteiente emridional del macizo de Oroel |
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No tardamos en alcanzar un cruce de caminos, lugar en el que destaca un poste indicador. En este punto abandonaremos momentáneamente el camino que continúa por la izquierda para desviarnos por la derecha hacia la ermita de la Virgen de la Cueva |
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Detalle del poste indicador enclavado en la bifurcación |
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Detalle del panel indicador enclavado en la bifurcación |
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El notorio camino que da acceso a la ermita de la Virgen de la Cueva se adentra bajo un " túnel " de vegetación |
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El camino busca salir a terreno despejado mientras deja a su paso el tejado de la Casa de Cófrades |
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A la derecha de una amplia explanada herbosa llaman nuestra atención losa muros de la ermita de la Virgen de la Cueva. Una ventana y una pequeña " abertura en los muros del edificio permiten divisar y acceder ( no aconsejable por riesgo de derrumbe ) a su interior |
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Así se aprecia el interior de la ermita de la Virgen de la Cueva desde la " ventana " que da al exterior |
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Accedemos al interior de la ermita de la Virgen de la Cueva |
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Abertura en los muros de la ermita de la Virgen de la Cueva que permiten acceder a su interior
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Interior de la ermita de la Virgen de la Cueva |
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Abandonamos el interior de la de la ermita de la Virgen de la Cueva para encaminarnos entre alta hierba hacia la cavidad que asoma al frente de la explanada. Un panel indicador informa del " riego de desprendimientos " |
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Detalle del panel indicador que informa del " riego de desprendimientos "
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Nos adentramos en la cavidad |
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En la cavidad todavía se aprecian los muros de la de la ermita de la Virgen de la Cueva |
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Desde la cavidad damos vista a la Casa de Cófrades, enclavada bajo la herbosa explanada ( izda ) en la que hemos visitado la de la ermita de la Virgen de la Cueva. Mi hijo Unai " curiosea " desde los ventanales que se abren en su fachada lateral |
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Imagen de la Virgen de la Cueva colocada en la fachada de la Casa de Cófrades |
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" Aguabenditera " en la fachada de la Casa de Cófrades |
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Placa en la fachada de la Casa de Cófrades |
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Imagen de la Virgen de la Cueva colocada en la fachada de la Casa de Cófrades, sobre la que destaca una inscripción
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Inscripcíon sobre la imagen de la Virgen de la Cueva
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Detalle de la " aguabenditera " situada en la fachada de la Casa de Cófrades, en la que se aprecia la fecha de " 1862 " |
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Retornamos sobre nuestros pasos hacia la cavidad visitada anteriormente |
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Abandonamos el lugar volviendo a dejar a nuestro paso los muros de la ermita de la Virgen de la Cueva |
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La herbosa senda por la que abandonamos el entorno de la ermita de la Virgen de la Cueva deja a su paso el tejado de la Casa de Cófrades ( dcha ) |
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Retomamos la marcada senda que da acceso a la ermita de la Virgen de la Cueva |
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De inmediato alcanzaremos la bifurcación por la que pasamos anteriormente, lugar en el que obviaremos el sendero ( izda ) utilizado en nuestro descenso para continuar al frente ( dcha ) |
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La senda discurre plácidamente bajo un frondoso entorno |
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Rápidamente alcanzaremos una nueva cavidad enclavada a la orilla de nuestro camino |
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Panel informativo enclavado junto a la cavidad que dejaremos a nuestro paso |
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Nuestro camino deja a su paso esta enorme cavidad |
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Miramos atrás hacia la cavidad que dejamos a nuestro paso |
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Nuestro notorio sendero continúa su agradable discurrir |
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Entre los pinos asoman los " paredones " que defienden la vertiente meridional del macizo de Oroel |
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La marcada senda " serpentea " entre los pinos |
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El sendero atraviesa esporádicos claros en el bosque |
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Salvamos esporádicos " obstáculos " que atraviesan nuestro camino |
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La senda vuelve a adentrarse en en pinar |
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El sendero parece perder notoriedad paulatinamente aunque se dibuja notorio en todo momento |
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En algunos tramos la senda discurre en tendido descenso |
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Caminamos por un frondoso entorno |
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A nuestro paso dejaremos esporádicos paneles enclavados a la orilla de nuestro sendero |
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Detalle de algunos de los paneles informativos enclavados a la orilla de neustro camino |
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En tendido descenso la senda parece abandonar definitivamente el pinar |
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A nuestro paso, junto al camino, dejaremos a nuestro paso un nuevo panel informativo |
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Detalle del panel informativo que dejamos a nuestro paso |
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Atravesamos una pequeña explanada, lugar al que da acceso una pista, por la que deberemos continuar |
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No caminaremos mucho tramo por la pista ya que, de inmediato, un hito enclavado a su orilla nos " invita " a abandonarla tomando el notorio sendero que nace por la izquierda |
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El sendero tomado aparece escrupulosamente balizado con hitos |
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La senda amenaza con difuminarse entre la alta hierba |
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El sendero no tarda en volver a ganar notoriedad nuevamente |
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Los erizones cubren la ladera por la que venimos remontando mientras que, sobre esta, asoma la Punta Bacials ( dcha ), nuestro siguiente objetivo |
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El notorio camino se abre paso entre erizones |
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La marcada senda remonta en acusado ascenso |
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Ganamos altura en brutal ascenso |
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La senda se dibuja notoria |
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Los hitos señalizan escrupulosamente nuestro sendero |
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Remontamos por una " empinada " ladera completamente cubierta de erizones |
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El sendero pierde notoriedad en cortos tramos mientras que sobre nuestras cabezas vemos asomar la parte alta del macizo de Oroel |
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La senda se abre paso entre erizones mientras vuelve a ganar notoriedad paulatinamente |
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Atravesamos un frondoso entorno que aparece algo " encharcado " |
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Un " camuflado " abrevadero aparece a la orilla de nuestro camino |
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La senda se torna perdregoso mientras vuelve a ganar notoriedad |
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Numerosos hitos vuelven a " aflorar " para señalizar escrupulosamente nuestro camino |
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La senda vuelve a acentuar su inclinacíon para continuar remontando en brutal ascenso |
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Estos dos ascienden a " todo ritmo " |
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La marcada senda continúa su acusado ascenso entre los erizones que tapizan la vertiente meridional del macizo de Oroel |
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Con la Punta Bacials asomando en el horizonte la notoria senda parce darnos una pequeña " tregua " |
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El notorio sendero amenaza con difuminarse entre la alta hierba al alcanzar la parte alta de la loma |
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Numerosos hitos balizan la herbosa senda |
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Aunque el sendero amenaza con difuminarse entre la hierba, este en todo momento continúa su notorio discurrir |
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Erizones y bojes tapizan las laderas del macizo de Oroel |
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En todo momento la senda se dibuja notoria en su discurrir entre los erizones que lo cubren todo |
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Últimos metros hacia la cima de Punta Bacials, la hierba lo cubre todo |
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Desde la ladera de la Punta Bacials damos vista al macizo pirenaico |
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La senda se dibuja notorioa en la salida a la cima de la Punta Bacials |
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Mis hijos Oscar ( centro ) y Unai ( izda ) en la cima de la Punta Bacials |
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Desde la cima de la Punta Bacials damos vista a la Punta de Sora, cima que asoma en primer término, y a la Peña Oroel, cuya cumbre todavía aparece " escondida " bajo la niebla |
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Hito en la cima de la Punta Bacials con vista al macizo pirenaico |
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Junto a mis hijos Unai ( izda ) y Oscar ( dcha ) en la cima de la Punta Bacials |
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Abandonamos la cima de la Punta Bacials buscando encaminarnos hacia la discreta cota septentrional que asoma cercana, tras la que se extiende el macizo pirenaico |
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Un herboso sendero nos permite descender plácidamente de la cima de la Punta Bacials
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Descendemos para atravesar el herboso collado que nos separa de la cota septentrional de la Punta Bacials |
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La herbosa senda nos encamina entre grandes bojes hacia la cota septentrional de la Punta Bacials |
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Camino de la cota septentrional de la Punta Bacials nos iremos abriendo paso entre los bojes que amenazan con engullir nuestro sendero |
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Mis hijos Oscar ( izda ) y Unai ( dcha ) alcanzan el pequeño hito que señaliza la cota septentrional de la Punta Bacials, herbosa " terraza " desde la que disfrutamos de una abierta panorámica hacia Jaca ( izda ), ciudad sobre la que despuntan el macizo pirenaico, hoy cubierto por las nubes |
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Mis hijos Oscar ( izda ) y Unai ( dcha ) junto al hito que señaliza la cota septentrional de la Punta Bacials |
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Hito en la cima septentrional de la Punta Bacials con vista a Jaca
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Ligeramente a la derecha del hito que señaliza la cota septentrional de la Punta Bacials, entre bojes se " esconde " una muga |
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De nuevo alcanzamos el hito que señaliza la cota septentrional de la Punta Bacials, lugar desde el que damos vista a la Punta de Sora ( centro ), tras la que debería asomar la Peña Oroel, ambas cubiertas todavía por las nubes |
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Abandonamos la cota septentrional de la Punta Bacials adentrándonos entre los amplios y herbosos " pasillos " que se abren entre el boj
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Entre grandes bojes descendemos hacia el intuible collado que se abre bajo la visible Punta de Sora
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La senda, notoria en todo momento, se dibuja en la herbosa ladera |
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No tardamos en desembocar en el discreto colladito abierto entre la Punta de Sora y la Punta Bacials, lugar en el que un notorio hito señaliza el inicio de la Senda de los Lobos. Por la derecha nos adentramos en esta |
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Nada más adentrarnos en la Senda de los Lobos salvaremos un corto " salto " en la roca |
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En su inicio, la Senda de los Lobos pierde altura en acusado descenso
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Paulatinamente la Senda de los Lobos va ganando notoriedad |
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Perdemos altura bajo un frondoso entorno |
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Entre los pinos damos vista al macizo pirenaico, todavía cubierto por la nubes |
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Las nubes parecen querer " desengancharse " de las cumbres del macizo |
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Conforme descendemos el sendero parece hacerse más notorio |
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La pendiente no nos da " tregua " |
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Superamos esporádicos obstáculos que encontramos en nuestro camino |
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Continuamos nuestro acusado descenso |
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Cruce de sendas, punto en el que deberemos obviar la que nace por la izquierda mientras continuamos descendiendo de frente ( centro ) |
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El boj amenaza con " engullir " el sendero por el que venimos descendiendo
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En todo momento la senda se dibuja notoria |
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Discurrimos por un frondoso entorno
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En esporádicos tramos la senda acentúa su inclinación notablemente |
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Los bojes amenazan con " engullir " el sendero por el que venimos descendiendo |
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Perdemos altura bajo los pinos y entre bojes |
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Paulatinamente la senda pierde inclinación |
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Un hito señaliza una notoria bifurcación, punto en el que deberemos continuar descendiendo por la izquierda |
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El camino, más notorio si cabe, continúa perdiendo altura entre pinos
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Nuestro camino termina desembocando en la carretera que da acceso al Parador de Oroel, punto en el que obviaremos el camino que continúa de frente mientras seguimos hacia la izquierda por asfalto |
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Caminamos por el estrecho carretil asfaltado en suave ascenso |
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Sobre los pinos que " envuelven " la carretera asoma la cima de la Peña Oroel |
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La cruz que corona la cima de la Peña Oroel asoma tímidamente entre la niebla que, por fin, parece querer " despegarse " de la parte alta de la montaña |
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Las cumbres del macizo pirenaico también se despegan de las nubes que las venían " envolviendo " |
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Caminamos plácidamente por el estrecho vial asfaltado que se abre paso entre los pinos |
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Entre los pinos ya vemos asomar el aparcamiento aledaño al Parador de Oroel
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Atravesamos el concurrido aparcamiento aledaño al Parador de Oroel |
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El Parador de Oroel destaca sobre el aparcamiento en el que tenemos estacionado nuestro vehículo |
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El aparcamiento aledaño al Parador de Oroel se extiende bajo el macizo del mismo nombre
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Las nubes finalmente nos permiten divisar la cruz que " corona " la cima de la Peña Oroel |
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La Peña Oroel despunta sobre el aparcamiento aledaño al Parador de Oroel, inicio y final de este itinerario |