domingo, 30 de julio de 2023

Peña Oroel-Ermita de la Virgen de la Cueva-Punta Bacials ( Desde el Parador de Oroel con descenso por la Senda de los Lobos )

En las estribaciones pirenaicas, alzándose sobre la ciudad de Jaca ( 818 m ) y desprendida bajo la vertiente meridional de la cordillera, se eleva una llamativa montaña que con su impresionante proa rocosa destaca sobre la comarca de La Jacetania, es la Peña Oroel ( 1770 m ).

La Peña Oroel ( 1770 m ) cierra por el Sur la ciudad de Jaca ( 818 m ), localidad situada en el extremo oriental de la Canal de Berdún.

La Canal de Berdún se extiende desde Jaca hasta el Embalse de Yesa y por ella discurre el río Aragón que interrumpe su curso al ser represado en dicho embalse. La Sierra de Leyre y Orba limitan por el Norte la Canal de Berdún mientras que la Peña Oroel y la Sierra de San Juan de la Peña lo hace por el Sur.

Históricamente la Canal de Berdún ha sido una importante vía de comunicación entre los valles pirenaicos y por ella discurre el Camino de Santiago proveniente del Puerto de Somport ( 1640 m ).

La Peña Oroel ( 1770 m ), montaña que nos ocupa, es el punto más elevado de un pequeño macizo que se extiende de Oeste a Este y en el que apenas destacan las poco prominentes cimas de Punta de Sora ( 1707 m ), cota enclavada en el centro del mismo, y Punta Bacials ( 1689 m ), sita en su extremo oriental.

Desde el punto de vista montañero son numerosos los puntos de acceso habitualmente utilizados para la ascensión a esta conocida montaña aunque, sin lugar a dudas, el más cómodo y por lo tanto el más frecuentado es el Parador de Oroel ( 1186 m ). Este enclave está situado bajo la vertiente septentrional del pequeño macizo de Oroel y desde aquí parte el sendero balizado como PR HU-66 que alcanza la cumbre.

Para los que buscan una ascensión un “ pelín “ más exigente sería recomendable tomar como punto de partida la población más importante de las que rodean la montaña, es decir, Jaca ( 818 m ), ruta exenta de dificultades en la que, eso sí, deberíamos tener en cuenta la distancia a recorrer.

Y ya si lo que queremos realizar es un itinerario circular, desde mi modesto punto de vista el más “ completo “, complementaríamos la mencionada ruta que parte desde Jaca ( 818 m ) con la visita a las tres cimas que se elevan en la parte alta del macizo para posteriormente descender por la Senda de los Lobos yendo a alcanzar la pequeña localidad de Barós ( 933 m ), población enclavada también bajo la vertiente septentrional del macizo y desde la que regresaremos al punto de partida, Jaca ( 818 m ). Esta ruta ya la realizamos anteriormente. Ver: “ Peña Oroel-Punta de Sora-Punta Bacials ( Desde Jaca ) “.

En una anterior ocasión ya realicé el itinerario más “ clásico “, además de “ cómodo y asequible “, de entre los que ascienden a la Peña Oroel ( 1770 m ), el que ya he mencionado anteriormente que parte desde el Parador de Oroel ( 1186 m ) aunque, eso sí, realizando una ruta “ circular “ en la que tras visitar las cimas de la Punta de Sora ( 1707 m ) y la Punta Bacials ( 1689 m ) descendimos por la Senda de los Lobos. Ver: “ Peña Oroel-Punta de Sora-Punta Bacials ( Desde el Parador de Oroel con descenso por la Senda de los Lobos ) “.

En esta ocasión, acompañado de mis hijos Oscar y Unai, pretendo repetir esta “ cómoda “ ascensión a la Peña Oroel ( 1770 m ) aunque le vamos a añadir una interesante “ variante, la visita a la ermita de la Virgen de la Cueva ( 1449 m ). Esta es mi propuesta, espero que la disfrutéis.

 

La ermita de la Virgen de la Cueva

 

Cuenta la leyenda que mientras un pastor de cabras apacentaba su rebaño por tierras de Soduroel, observaba que todos los días una de ellas desaparecía y que, al atardecer, volvía a juntarse con el rebaño. Un buen día el cabrero se decidió a seguirla y descubrió que se dirigía a una oquedad natural sita en una peña vecina. Al penetrar en ella siguiendo al ánima descubrió la imagen de Nuestra Señora.

La misma tradición afirma que la oquedad en la que apareció la imagen de la Virgen es la misma en la que en el siglo VIII se reunieron los cristianos aragoneses para juramentarse y planear su defensa contra el invasor sarraceno. Esta tradición enlaza con una idéntica en la Cueva de Galión, el actual Monasterio Viejo de san Juan de la Peña.

 

                                                                         * Fuente: Ricardo Mur “ En torno a la Virgen de la Cueva “ ( 1992 )

 

La cueva de la Virgen se encuentra literalmente en el corazón de Oroel, considerada la montaña “ sagrada “ de Jaca y su entorno. La ubicación de esta ermita natural no es casual, se halla en un lugar privilegiado, rodeada de bosques y manantiales que transmiten una energía especial.

Dentro, el agua, elemento purificador para las culturas ancestrales, mana continuamente dando lugar a curiosas formaciones a las que se atribuyen propiedades curativas. Son “ los pechos de la Virgen “. Los romeros se lavaban los ojos en esta fuente natural, una gran estalactita formada por el agua filtrada, durante miles de años, por la montaña mágica.

Hasta hace una década, cuando se produjo el derrumbe que fue su condena, en la gruta había dos espacios diferenciados, separados por una reja de forja, cuyos restos permanecen hoy, destrozados, mezclados con el barro y las piedras. También, una cámara oculta y una pila bendita.

Del mismo modo, las rocas de este lugar, atendido desde tiempos inmemoriales por ermitaños, uno de ellos está enterrado en el interior del santuario, tenían un significado especial para los creyentes, por lo que era habitual llevarse a casa una piedra de la Virgen de la Cueva. Antaño, para enfrentar las tormentas, con el tiempo, como protección.

Como contrapunto, en el exterior está la Casa de los Cófrades. Se levantó prácticamente de la nada, tras la ruina absoluta de la original, entre 2002 y 2005. Hoy, en sus paredes cuelgan fotografías antiguas que recuerdan la historia del lugar. Conviven con objetos de gran valor sentimental para los romeros y devotos de la Virgen de la Cueva.     

 

La Virgen de la Cueva ya protagonizó momentos críticos a mediados del siglo XX. La ermita y la casa de los cófrades comenzaros a desmoronarse y sus alrededores se llenaron de maleza, llegando a cerrarse los caminos.

La imagen se trasladó entonces al Obispado, donde permaneció varios años aunque varias familias subían desde Pardina de Ordolés para cumplir con la tradición.

En el año 1966 Escuelas Pías de Jaca asumió la custodia de la Virgen de la Cueva y de la ermita e impulsó las romerías que prácticamente se habían perdido. A partir de ahí comienza la recuperación. Se viven años de entusiasmo e ilusión gracias al esfuerzo y el trabajo voluntario de muchos devotos y romeros. Unos momentos dulces que se prolongarán hasta bien entrado el siglo XXI.

Pero, en el invierno del año 2012 y como consecuencia de las fuertes lluvias, comenzaron los desprendimientos. Se abrió una gran grieta en el techo de la ermita que desembocaría en su completo desplome, sepultando bajo una gran mole de conglomerado la sala natural que daba cobijo a los romeros y destruyendo el muro de mampostería y la puerta de acceso.

Hoy, una década después, todavía quedan en pie la capilla y el altar. Allí no volverá la Virgen. Hay carteles que advierten de que, en la gruta y su entrono, en cualquier momento pueden producirse importantes desprendimientos porque es un lugar inestable. Además, las filtraciones continuas de agua y humedad tampoco ayudan a frenar su deterioro.

Precisamente, en el año 2017, se producía la caída de un gran bloque de piedra en la zona Sur del monte Oroel que causaba una importante alarma entre la población. En cualquier momento podría registrarse otro suceso similar en la zona. Son movimientos geológicos que, según los expertos, suelen ser habituales por la propia composición de la montaña pero que para la cueva resultarían fatales. Con un nuevo derrumbe, que parece inevitable, la gruta quedará enterrada para siempre bajo toneladas de piedra.

 

La hermandad de la Virgen de la Cueva

 

Muchas han sido las familias jacetanas que, durante siglos, han honrado a la Virgen de la Cueva, especialmente las procedentes de las ventas y pardinas de Sudoroel, de Navasa, Artaso y Bernués. Y de Ara, Abena, Binué, Barós, Jaca y Ulle, a principios del siglo XX, cuando la romería vivió uno de sus mejores momentos.

Desde el año 1989, tomando el testigo de la Real hermandad de Santa Orosia , los hermanos de la Virgen de la Cueva son los encargados de mantener viva la tradición aunque, hoy en día, la romería se celebra en el Parador de Oroel, muy lejos de su lugar original.

 

La imagen de la Virgen de la Cueva

 

La imagen de la Virgen de la Cueva conserva trazas románicas pero ha sido objeto de numerosas restauraciones que hacen muy difícil datar su verdadero origen. De la época románica, quizá del siglo XII, quedan el asiento, parte del cuerpo, los pies y restos de policromía. En el siglo XVI se le prepara para la época, para vestirla con mantos, y durante la Guerra Civil fue mutilada y destrozada.

Posteriormente fue restaurada en Pamplona, donde se le intentó devolver la apariencia románica que hoy mantiene. Está custodiada por los escolapios de Jaca.

 

La ermita natural de la Virgen de la Cueva, aquella gruta en la que, según la tradición, la Madre de Dios se apareció a un cabrero y donde, en el siglo VIII, se reunieron los cristianos aragoneses para planear la defensa contra el invasor sarraceno, está a punto de desaparecer. Testigo de la entrega y veneración de los jacetanos durante generaciones, sucumbe sin remedio a la fuerza inexpugnable de la madre naturaleza.

Lejos quedan los tiempos de romería, cuando hasta el obispo de Jaca se hacía al monte, hasta el Canterón de Ubiel, para bendecir los términos. Siglos de historias, costumbres y leyendas ancestrales han quedado sepultados por la inmensidad de la montaña.

Será muy difícil, casi un milagro, que la imagen de la Virgen, tan venerada y querida por los pueblos de las faldas del Monte Oroel, puedan regresar a la cueva. La naturaleza reclama lo que una vez prestó al hombre ya la gruta corre peligro real de desaparecer para siempre en las entrañas de la montaña mágica.  

 

                                                                                                         * Fuente: Jacetania Express ( Rebeca Ruiz )   

  

Resumen del Itinerario

 

Tomaremos como punto de partida para este “ corto “ itinerario el Parador de Oroel ( 1186 m ), bello enclave que alcanzaremos por el estrecho carretil asfaltado que nace desde la carretera A-1205, vial que tomaremos a la entrada de Jaca ( 818 m ) y que comunica esta localidad con la de Santa María de la Peña ( 546 m ).

Desde el citado Parador de Oroel ( 1186 m ), tras cruzar la “ carreterita “ que le da acceso, nace el nítido sendero que, perfectamente balizado, asciende entre pinos hasta dar alcance al discreto collado ( 1668 m ) abierto entre Punta de Sora ( 1707 m ) y Peña Oroel ( 1770 m ).

Una marcada senda asciende por la loma en dirección Oeste para, sin dificultad reseñable, desembocar en la amplia cima de la Peña Oroel ( 1770 m ), coronada por una gran Cruz.

Para el descenso tomaremos otra nítida senda que evita la loma y que discurriendo bajo su vertiente meridional termina por desembocar nuevamente en el collado ( 1668 m ) anteriormente visitado aunque antes de llegar a alcanzarlo, a la altura de un poste indicador, nos desviaremos por la derecha ( S ) para tomar el notorio sendero que desciende hacia la ermita de la Virgen de la Cueva ( 1449 m ).

En acusado descenso alcanzaremos el poste indicador que señaliza el desvío hacia la citada ermita, la que alcanzaremos sin dificultad reseñable y a la que se aconseja “ no entrar “ debido al “ riego de derrumbe ”.

De nuevo junto al poste indicador citado anteriormente, desde el que nos desviamos hacia la citada ermita ( 1449 m ), retomaremos el marcado sendero que discurre bajo la vertiente meridional del macizo de Oroel y que termina por desembocar en una amplia pista.

Apenas caminaremos unos pocos metros por la mencionada pista ya que, de inmediato, un hito nos “ invita “ a abandonarla por la izquierda ( E ) para tomar el marcado sendero que, en acusado ascenso, remonta por la acusada ladera SW. de la Punta Bacials ( 1689 m ), en cuya cumbre desembocaremos si dificultad reseñable.

Tras visitar su cota septentrional ( 1687 m ) descenderemos hacia el collado ( 1631 m ) que nos separa de la cercana cima de Punta de Sora ( 1707 m ), cumbre que hoy no visitaremos.

En este discreto collado ( 1631 m ), balizado con un notorio hito, tomaremos la conocida como Senda de los Lobos, estrecho sendero que en plácido discurrir entre las hayas nos devuelve a la carreterita que da acceso al Parador de Oroel ( 1186 m ).

Continuaremos por esta hacia la izquierda ( W ) para, en agradable caminar, desembocar rápidamente en el punto de partida, el mencionado Parador de Oroel ( 1186 m ).      

       

Datos del Itinerario

 

Desnivel: 932 m

Tiempo: De 4 h a 6 h

Distancia: 13´96 km

Inicio: Parador de Oroel ( Huesca )

Fecha de realización: Julio 2023

Epoca recomendada: Todo el año 

Cimas: Peña Oroel ( 1770 m ); Punta Bacials ( 1689 m )        

 

Descripción del Itinerario

 

Este itinerario da comienzo en el Parador de Oroel ( 1186 m ), enclave al que accederemos por el estrecho carretil asfaltado que nace desde el kilómetro siete de la carretera A-1205,. Esta vía la habremos tomado en la rotonda de entrada a Jaca ( 818 m ), si lo hacemos desde Pamplona, y que comunica la capital de la comarca de La Jacetania con la localidad de Santa María de la Peña ( 546 m ).

Tras apenas tres kilómetros de discurrir por el citado carretil damos alcance al amplio aparcamiento que da servicio al Parador de Oroel ( 1186 m ), lugar en el que podremos estacionar nuestro vehículo y desde donde podremos disfrutar de la bella y abierta panorámica que nos ofrece el Mirador del Pirineo.

Sobre este bello enclave despunta nuestro principal objetivo para este itinerario, la rocosa proa de la Peña Oroel ( 1770 m ) en la que divisamos nítidamente la gran cruz que la corona.

Este es el lugar más utilizado como punto de partida por los “ menos andarines “ que quieren alcanzar la cumbre de la Peña Oroel ( 1770 m ) y por lo tanto habitualmente está muy frecuentado. Nos encontraremos con una fuente y una cuidada área de esparcimiento.

Comenzamos a caminar desde el citado aparcamiento ( 1186 m ) para, tras atravesar la carreterita por la que le hemos dado acceso, tomar el notorio sendero que nace al frente ( S ). La balizada senda gana altura en acusada pendiente para zigzaguear por el bosque de pino silvestre y tras un “ entretenido “ ascenso terminar desembocando en el pequeño collado ( 1668 m ) abierto entre las cimas de la Punta de Sora ( 1707 m ) y la Peña Oroel ( 1770 m ). Un poste indicador destaca en el lugar.

Desde el citado collado ( 1668 m ) nacen dos senderos por nuestra derecha ( W ) para dar acceso a nuestro principal objetivo de esta ruta, la Peña Oroel ( 1770 m ). Haciendo caso omiso del que discurre a media ladera ( izda ), tomaremos el que asciende hacia la parte alta de la loma para, en tendido ascenso y sin llegar a alcanzarla, continuar ganando altura unos pocos metros por debajo de esta.

Ascendemos plácidamente y terminamos desembocando en el camino citado anteriormente que obviamos en el collado ( 1668 m ), desde el que venimos ganando altura.

Dicho camino gana notoriedad para acentuar tímidamente su pendiente y terminar alcanzando la tan ansiada cumbre de la Peña Oroel ( 1770 m ). Amplia cima que aparece coronada por una gran Cruz de 9 metros de altura que fue colocada por el cuerpo de forestales en el año 1902. Un vértice geodésico destaca junto a la citada Cruz. Espectacular panorámica hacia todas las vertientes aunque hoy la niebla nos priva de poder disfrutarla.

Iniciamos el descenso hacia el collado ( 1668 m ) que nos separa de la Punta de Sora ( 1707 m ), en el que desembocamos a nuestra subida desde el Parador de Oroel ( 1186 m ). Para ello tomaremos el camino utilizado en el ascenso aunque, a la altura del cruce por el que ya pasamos anteriormente, ahora obviaremos la senda empleada a la subida mientras continuamos descendiendo de frente ( SE ).

El sendero por el que perdemos altura “ cómodamente “ discurre entre vegetación de monte bajo y no tarda en alcanzar un amplio claro, lugar en el que destaca un poste indicador. Será junto a este donde abandonaremos el marcado camino que sigue de frente ( E ), en dirección al citado collado ( 1668 m ), para tomar la notoria senda que nace por la derecha ( S ) y que desciende hacia la ermita de la Virgen de la Cueva ( 1449 m ).

El sendero tomado se abre paso entre erizones y bojes aunque no tarda en adentrarse bajo los pinos, discurriendo en todo momento muy marcado en la ladera meridional del macizo de Oroel.

La pendiente paulatinamente se acentúa mientras perdemos altura rápidamente, terminando por alcanzar una marcada bifurcación, lugar en el que deberemos continuar hacia la izquierda ( E ) aunque un poste indicador señaliza el “ desvío “ por la derecha ( W ) hacia la cercana ermita de la Virgen de la Cueva ( 1449 m ).

Tomamos el citado “ desvío “, un marcado sendero que no tarda en alcanzar el bucólico paraje en el que aparece enclavada la citada ermita ( 1449 m ) y la Casa de los Cófrades.

Tras la obligada visita retornaremos a la bifurcación anteriormente citada, lugar en el que, ahora sí, tomaremos la notoria senda que, entre pinos, discurre en plácido trazado por las laderas meridionales del macizo de Oroel. 

En breve nuestro sendero atravesará bajo una espectacular pared de conglomerado que defiende uno de los tramos de la frondosa ladera por la que caminamos.

La senda continúa su notorio discurrir bajo los pinos y vegetación de monte bajo mientras atraviesa a su paso esporádicos claros abiertos en el frondoso bosque.

En plácido discurrir y dejando a nuestro paso algunos paneles informativos enclavados a la orilla de nuestro camino terminaremos desembocando en una pequeña explanada, lugar en el que nuestra senda se transforma en pista. Continuamos por esta aunque apenas caminaremos unos metros por ella ya que, en breve, tropezaremos con una discreta bifurcación, lugar en el que un hito de piedras señaliza una notoria senda que asciende por nuestra izquierda ( E ).

Abandonamos la pista para tomar la citada senda, muy marcada y balizada con numerosos hitos, por la que remontaremos en acusado ascenso mientras nos abrimos paso entre los erizones que cubren por completo la despejada ladera meridional del macizo de Oroel.

La pendiente paulatinamente irá perdiendo inclinación para permitirnos un agradable tramo final en el que, “ encajonados “ entre bojes, terminaremos desembocando en la amplia y herbosa cumbre de la Punta Bacials ( 1689 m ). Un gran hito de piedras la señaliza. Abierta panorámica.

Cercana, bajo la vertiente septentrional, destaca una amplia y herbosa loma salpicada de bojes, de la que nos separa un pequeño y prácticamente inapreciable  “ colladito “ ( 1677 m ). Atravesamos este para adentrarnos entre grandes bojes buscando alcanzar de inmediato la Cota Norte de la Punta Bacials ( 1688 m ). Un pequeño hito la señaliza mientras que una muga asoma entre los bojes. Abierta panorámica hacia el valle y el macizo pirenaico.  

Volvemos a adentrarnos entre los bojes para descender por nuestra derecha ( W ), primero entre bojes y posteriormente por terreno despejado y herboso, hacia el collado ( 1631 m ) que nos separa de la Punta de Sora ( 1707 m ), en el que desembocaremos de inmediato.

Un notorio hito señaliza la Senda de los Lobos, nítido sendero que se adentra entre los bojes para perder altura en acusado descenso.

No tardaremos en dejar atrás el boj mientras continuamos descendiendo bajo los pinos y las hayas que cubren la frondosa ladera septentrional del macizo de Oroel.

En nuestro descenso dejaremos a nuestro paso una discreta bifurcación, lugar en el que haremos caso omiso del sendero que nace por la izquierda ( W ) mientras continuamos perdiendo altura de frente ( N ).

Nuestro camino pierde altura “ cómodamente “ para terminar desembocando en la carreterita asfaltada que da acceso al Parador de Oroel ( 1186 m ), vial que tomaremos por la izquierda ( W ) para, tras corto discurrir por este, alcanzar en breve el aparcamiento en el que dio comienzo este itinerario.


Track del Itinerario


Fotos del Itinerario


La Peña Oroel ( centro ), nuestro " principal " objetivo para este itinerario que aparece cubierto por una nube, despunta sobre el aparcamiento aledaño al Parador de Oroel

Parador de Oroel

" Mirador del Pirineo ", un panel informativo destaca en el " privilegiado " balcón aledaño al Parador de Oroel

Detalle del panel informativo situado en el " Mirador del Pirineo "

Mirada hacia la Peña Oroel ( dcha ) desde el Parador de Oroel

 Acompañado de mis hijos Oscar y Unai comenzaremos caminar desde el aparcamiento aledaño al Parador de Oroel, donde hemos estacionado nuestro vehículo

Atravesamos la carretera que da acceso al Parador de Oroel para tomar el camino que nace al frente ( centro )

El notorio camino inicia un acusado ascenso pero estos dos " arrancan " sin darme " tregua " 

Nuestro camino se bifurca de inmediato. Obviaremos el que continúa de frente ( dcha ) hacia lo que parece ser un depósito de agua ( dcha ) mientras seguimos por la izquierda como señaliza el indicador ( centro ) colocado en un árbol

Depósito de agua enclavado a orillas del camino al que haremos caso omiso

Detalle del indicador colocado en un árbol

El camino tomado se dibuja notorio en el pinar

El amplio y escalonado camino remonta en acusado ascenso entre los pinos 

Esporádicos tramos " escalonados " han sido " renovados "

Detalle de uno de los paneles informativos enclavados a la orilla de nuestro camino

Ganamos altura paulatinamente mientras caminamos en todo momento entre un frondoso entorno

La tendida pendiente nos permite un agradable ascenso

Las numerosas raices que atraviesan el camino facilitan nuestro " escalonado " ascenso 

El pinar por el que vamos caminando, en esporádicos tramos, permite que se cuelen los rayos del sol

El camino en algunos tramos es muy ancho

Nuestro camino traza sucesivas curvas

Esporádicos paneles informativos aparecen a la orilla de nuestro camino

Detalle de uno de los paneles informativos enclavados a la orilla de nuestro camino

En esporádicos tramos nuestro sendero se dibuja en la roca

Un nuevo panel aparece a la orilla del camino

Detalle de otro de los paneles informativos enclavados a la orilla de nuestro camino

Estos dos siguen a buen ritmo

Las raíces de pinos y hayas nos sirven de socorridos " escalones " en los tramos de mayor pendiente

Bifurcación, un indicador de madera ( izda ) señaliza el camino a seguir. Obviaremos el sendero que nace de frente ( izda ) mientras trazamos una cerrada curva hacia la derecha

La pendiente parace perder inclinación momentáneamente permitiéndonos una pequeña " tregua "

Estos no permiten " tregua " alguna

El camino continúa su " sepenteante " trazado

Conforme ascendemos las hayas dejan paso a los pinos, entre los que continuaremos ganando altura

En acusado ascenso salvaremos un nuevo tramo de sendero dibujado en la roca

El sendero por el que ascendemos parece " encerrarse " entre rocas y pinos

Donde no son los troncos serán las raíces las que hagan nuestro ascenso más " cómodo "

Estos no paran

Un nuevo tramo " escalonado " nos permite continuar ganando altura " cómodamente " 

El camino parece perder entidad para transformarse en estrecho pero notorio sendero

La niebla nos envuelve mientras impide que disfrutemos de esporádicas " vistas "

La pendiente parece perder inclinación paulatinamente

Un sendero más " tendido " es señal inequívoca de que vamos alcanzando la parte alta de la sierra

El boj parece querer " engullir " nuestro sendero

Terminamos desembocando en un discreto collado, lugar en el que destaca un poste indicador

Detalle del poste indicador enclavado en el discreto collado

En el collado alcanzado nos topamos con un notorio cruce. Obviamos el sendero que nace por la izquierda mientras optamos por tomar el que asciende por la derecha

El sendero a seguir aparece muy marcado en el terreno

La senda por la que ganamos altura discurre en algunos tramos por lo alto de la loma  

La niebla que cubre la parte alta de la loma cimera nos " engulle " 

No tardaremos en desembocar en la marcada senda que, por la izquierda, asciende también desde el collado. Continuaremos ganando altura por la derecha en dirección a la ya cercana cumbre de la Peña Oroel, hoy " desaparecida " entre la niebla

A nuestro paso dejaremos junto al camino un gran montón de piedras

En el tramo final hacia la cima de la Peña Oroel nuestro camino gana en notoriedad

La pendiente del camino que busca alcanzar la cima de la Peña Oroel acentúa paulatinamente su inclinación

Entre la niebla vemos asomar la gran cruz que " corona " la cima de la Peña Oroel 

Cima de la Peña Oroel, en la que destacan una gran cruz y un vértice geodésico

Mis hijos Oscar ( dcha ) y Unai ( izda ) junto al vértice geoésico enclavado en la cima de la Peña Oroel

Junto a mis hijos Oscar ( izda ) y Unai ( dcha ) en la cima de la Peña Oroel

Ya que la niebla nos priva de disfrutar de la espectacular panorámica que ofrece la cima de la Peña Oroel decidimos abandonar rápidamente su amplia cumbre

En nuestro descenso de la cima de la Peña Oroel pasaremos junto al panel panorámico enclavada en sus inmediaciones. Mis hijos Oscar ( dcha ) y Unai ( izda ) posan junto a esta

Detalle del panel panorámico enclavado en las inmediaciones de la cima de la Peña Oroel

Abandonamos definitivamente el panel panorámico, tras el que asoma la cruz " cimera " de la Peña Oroel

Desde el panel panorámico enclavado en las inmediaciones de la cima de la Peña Oroel retomaremos el marcado camino

En algunos tramos abandonaremos nuestro camino para acercarnos a los " cortados " que asoman cercanos 

El camino, balizado con hitos, discurre a escasos metros de la parte alta de la loma

La niebla se abre tímidamente permitiéndonos divisar el Parador de Oroel

El Parador de Oroel y el aparcamiento aledaño asoman entre la niebla

Retomamos nuestro camino para discurrir a escasos metros de los " cortados " ( izda ) del macizo de Oroel 

Nuestro camino definitivamente buscará discurrir bajo la parte alta de la loma

La niebla que envolvía la cima de la Peña Oroel y la parte alta del macizo parece " abrirse " paulatinamente

Desde la notoria senda por la que descendemos damos vista a la vertiente meridional del macizo de Oroel, mucho más despejado 

La senda paulatinamente se irá " encajonando " entre vegetación de monte bajo

Desde nuestro camino miramos atrás una y otra vez para ver como la niebla no abandona la cima de la Peña Oroel

Entre vegetación de monte bajo la senda continúa su notorio discurrir

El camino gana notoriedad en su discurrir entre los altos bojes que lo envuelven

Atravesamos amplias y herbosas praderas

Terminamos desembocando en un amplio claro, lugar en el que destaca un poste indicador ( dcha ), lugar en el que abandonaremos el notorio camino que continúa al frente ( izda ) para tomar el marcado sendero que nace por la derecha

Detalle del poste indicador enclavado en la bifurcación

Detalle del poste indicador

La niebla parece querer acompañarnos en nuestro descenso hacia la ermita de la Virgen de la Cueva

El notorio sendero pierde altura entre erizones mientras discurre muy marcado en el terreno

La marcada senda termina adentrándose entre los pinos

En acusado descenso continuaremos perdiendo altura entre pinos  

En algunos tramos la pendiente es muy acusada

Conforme perdemos altura los pinos van dejando paso a la vegetación de monte bajo

Nuestro camino se encierra entre bojes

Caminamos bajo la verteiente emridional del macizo de Oroel

No tardamos en alcanzar un cruce de caminos, lugar en el que destaca un poste indicador. En este punto abandonaremos momentáneamente el camino que continúa por la izquierda para desviarnos por la derecha hacia la ermita de la Virgen de la Cueva

Detalle del poste indicador enclavado en la bifurcación

Detalle del panel indicador enclavado en la bifurcación

El notorio camino que da acceso a la ermita de la Virgen de la Cueva se adentra bajo un " túnel " de vegetación 

El camino busca salir a terreno despejado mientras deja a su paso el tejado de la Casa de Cófrades

A la derecha de una amplia explanada herbosa llaman nuestra atención losa muros de la ermita de la Virgen de la Cueva. Una ventana y una pequeña " abertura en los muros del edificio permiten divisar y acceder ( no aconsejable por riesgo de derrumbe ) a su interior

Así se aprecia el interior de la ermita de la Virgen de la Cueva desde la " ventana " que da al exterior 

Accedemos al interior de la ermita de la Virgen de la Cueva 

Abertura en los muros de la ermita de la Virgen de la Cueva que permiten acceder a su interior

Interior de la ermita de la Virgen de la Cueva

Abandonamos el interior de la de la ermita de la Virgen de la Cueva para encaminarnos entre alta hierba hacia la cavidad que asoma al frente de la explanada. Un panel indicador informa del " riego de desprendimientos "

Detalle del panel indicador que informa del " riego de desprendimientos "

Nos adentramos en la cavidad

En la cavidad todavía se aprecian los muros de la de la ermita de la Virgen de la Cueva

Desde la cavidad damos vista a la Casa de Cófrades, enclavada bajo la herbosa explanada ( izda ) en la que hemos visitado la de la ermita de la Virgen de la Cueva. Mi hijo Unai " curiosea " desde los ventanales que se abren en su fachada lateral

Imagen de la Virgen de la Cueva colocada en la fachada de la Casa de Cófrades

" Aguabenditera " en la fachada de la Casa de Cófrades

Placa en la fachada de la Casa de Cófrades

Imagen de la Virgen de la Cueva colocada en la fachada de la Casa de Cófrades, sobre la que destaca una inscripción 

Inscripcíon sobre la imagen de la Virgen de la Cueva

Detalle de la " aguabenditera " situada en la fachada de la Casa de Cófrades, en la que se aprecia la fecha de " 1862 "

Retornamos sobre nuestros pasos hacia la cavidad visitada anteriormente

Abandonamos el lugar volviendo a dejar a nuestro paso los muros de la ermita de la Virgen de la Cueva

La herbosa senda por la que abandonamos el entorno de la ermita de la Virgen de la Cueva deja a su paso el tejado de la Casa de Cófrades ( dcha )

Retomamos la marcada senda que da acceso a la ermita de la Virgen de la Cueva

De inmediato alcanzaremos la bifurcación por la que pasamos anteriormente, lugar en el que obviaremos el sendero ( izda ) utilizado en nuestro descenso para continuar al frente ( dcha ) 

La senda discurre plácidamente bajo un frondoso entorno 

Rápidamente alcanzaremos una nueva cavidad enclavada a la orilla de nuestro camino

Panel informativo enclavado junto a la cavidad que dejaremos a nuestro paso

Nuestro camino deja a su paso esta enorme cavidad

Miramos atrás hacia la cavidad que dejamos a nuestro paso

Nuestro notorio sendero continúa su agradable discurrir

Entre los pinos asoman los " paredones " que defienden la vertiente meridional del macizo de Oroel

La marcada senda " serpentea " entre los pinos

El sendero atraviesa esporádicos claros en el bosque

Salvamos esporádicos " obstáculos " que atraviesan nuestro camino 

La senda vuelve a adentrarse en en pinar

El sendero parece perder notoriedad paulatinamente aunque se dibuja notorio en todo momento 

En algunos tramos la senda discurre en tendido descenso

Caminamos por un frondoso entorno

A nuestro paso dejaremos esporádicos paneles enclavados a la orilla de nuestro sendero 

Detalle de algunos de los paneles informativos enclavados a la orilla de neustro camino

En tendido descenso la senda parece abandonar definitivamente el pinar

A nuestro paso, junto al camino, dejaremos a nuestro paso un nuevo panel informativo

Detalle del panel informativo que dejamos a nuestro paso

Atravesamos una pequeña explanada, lugar al que da acceso una pista, por la que deberemos continuar

No caminaremos mucho tramo por la pista ya que, de inmediato, un hito enclavado a su orilla nos " invita " a abandonarla tomando el notorio sendero que nace por la izquierda

El sendero tomado aparece escrupulosamente balizado con hitos

La senda amenaza con difuminarse entre la alta hierba

El sendero no tarda en volver a ganar notoriedad nuevamente

Los erizones cubren la ladera por la que venimos remontando mientras que, sobre esta, asoma la Punta Bacials ( dcha ), nuestro siguiente objetivo

El notorio camino se abre paso entre erizones

La marcada senda remonta en acusado ascenso

Ganamos altura en brutal ascenso

La senda se dibuja notoria

Los hitos señalizan escrupulosamente nuestro sendero

Remontamos por una " empinada " ladera completamente cubierta de erizones

El sendero pierde notoriedad en cortos tramos mientras que sobre nuestras cabezas vemos asomar la parte alta del macizo de Oroel 

La senda se abre paso entre erizones mientras vuelve a ganar notoriedad paulatinamente

Atravesamos un frondoso entorno que aparece algo " encharcado "

Un " camuflado " abrevadero aparece a la orilla de nuestro camino

La senda se torna perdregoso mientras vuelve a ganar notoriedad

Numerosos hitos vuelven a " aflorar " para señalizar escrupulosamente nuestro camino 

La senda vuelve a acentuar su inclinacíon para continuar remontando en brutal ascenso

Estos dos ascienden a " todo ritmo "  

La marcada senda continúa su acusado ascenso entre los erizones que tapizan la vertiente meridional del macizo de Oroel

Con la Punta Bacials asomando en el horizonte la notoria senda parce darnos una pequeña " tregua " 

El notorio sendero amenaza con difuminarse entre la alta hierba al alcanzar la parte alta de la loma 

Numerosos hitos balizan la herbosa senda

Aunque el sendero amenaza con difuminarse entre la hierba, este en todo momento continúa su notorio discurrir

Erizones y bojes tapizan las laderas del macizo de Oroel

En todo momento la senda se dibuja notoria en su discurrir entre los erizones que lo cubren todo

Últimos metros hacia la cima de Punta Bacials, la hierba lo cubre todo

Desde la ladera de la Punta Bacials damos vista al macizo pirenaico

La senda se dibuja notorioa en la salida a la cima de la Punta Bacials

Mis hijos Oscar ( centro ) y Unai ( izda ) en la cima de la Punta Bacials

Desde la cima de la Punta Bacials damos vista a la Punta de Sora, cima que asoma en primer término, y a la Peña Oroel, cuya cumbre todavía aparece " escondida " bajo la niebla 

Hito en la cima de la Punta Bacials con vista al macizo pirenaico

Junto a mis hijos Unai ( izda ) y Oscar ( dcha ) en la cima de la Punta Bacials

Abandonamos la cima de la Punta Bacials buscando encaminarnos hacia la discreta cota septentrional que asoma cercana, tras la que se extiende el macizo pirenaico

Un herboso sendero nos permite descender plácidamente de la cima de la Punta Bacials

Descendemos para atravesar el herboso collado que nos separa de la cota septentrional de la Punta Bacials

La herbosa senda nos encamina entre grandes bojes hacia la cota septentrional de la Punta Bacials

Camino de la cota septentrional de la Punta Bacials nos iremos abriendo paso entre los bojes que amenazan con engullir nuestro sendero

Mis hijos Oscar ( izda ) y Unai ( dcha ) alcanzan el pequeño hito que señaliza la cota septentrional de la Punta Bacials, herbosa " terraza " desde la que disfrutamos de una abierta panorámica hacia Jaca ( izda ), ciudad sobre la que despuntan el macizo pirenaico, hoy cubierto por las nubes 

Mis hijos Oscar ( izda ) y Unai ( dcha ) junto al hito que señaliza la cota septentrional de la Punta Bacials

Hito en la cima septentrional de la Punta Bacials con vista a Jaca

Ligeramente a la derecha del hito que señaliza la cota septentrional de la Punta Bacials, entre bojes se " esconde " una muga  

De nuevo alcanzamos el hito que señaliza la cota septentrional de la Punta Bacials, lugar desde el que damos vista a la Punta de Sora ( centro ), tras la que debería asomar la Peña Oroel, ambas cubiertas todavía por las nubes   

Abandonamos la cota septentrional de la Punta Bacials adentrándonos entre los amplios y herbosos " pasillos " que se abren entre el boj  

Entre grandes bojes descendemos hacia el intuible collado que se abre bajo la visible Punta de Sora  

La senda, notoria en todo momento, se dibuja en la herbosa ladera

No tardamos en desembocar en el discreto colladito abierto entre la Punta de Sora y la Punta Bacials, lugar en el que un notorio hito señaliza el inicio de la Senda de los Lobos. Por la derecha nos adentramos en esta

Nada más adentrarnos en la Senda de los Lobos salvaremos un corto " salto " en la roca

En su inicio, la Senda de los Lobos pierde altura en acusado descenso

Paulatinamente la Senda de los Lobos va ganando notoriedad

Perdemos altura bajo un frondoso entorno

Entre los pinos damos vista al macizo pirenaico, todavía cubierto por la nubes

Las nubes parecen querer " desengancharse " de las cumbres del macizo

Conforme descendemos el sendero parece hacerse más notorio

La pendiente no nos da " tregua " 

Superamos esporádicos obstáculos que encontramos en nuestro camino

Continuamos nuestro acusado descenso

Cruce de sendas, punto en el que deberemos obviar la que nace por la izquierda mientras continuamos descendiendo de frente ( centro )

El boj amenaza con " engullir " el sendero por el que venimos descendiendo

En todo momento la senda se dibuja notoria

Discurrimos por un frondoso entorno

En esporádicos tramos la senda acentúa su inclinación notablemente

Los bojes amenazan con " engullir " el sendero por el que venimos descendiendo

Perdemos altura bajo los pinos y entre bojes

Paulatinamente la senda pierde inclinación

Un hito señaliza una notoria bifurcación, punto en el que deberemos continuar descendiendo por la izquierda  

El camino, más notorio si cabe, continúa perdiendo altura entre pinos

Nuestro camino termina desembocando en la carretera que da acceso al Parador de Oroel, punto en el que obviaremos el camino que continúa de frente mientras seguimos hacia la izquierda por asfalto

Caminamos por el estrecho carretil asfaltado en suave ascenso

Sobre los pinos que " envuelven " la carretera asoma la cima de la Peña Oroel

La cruz que corona la cima de la Peña Oroel asoma tímidamente entre la niebla que, por fin, parece querer " despegarse " de la parte alta de la montaña 

Las cumbres del macizo pirenaico también se despegan de las nubes que las venían " envolviendo "

Caminamos plácidamente por el estrecho vial asfaltado que se abre paso entre los pinos

Entre los pinos ya vemos asomar el aparcamiento aledaño al Parador de Oroel

Atravesamos el concurrido aparcamiento aledaño al Parador de Oroel

El Parador de Oroel destaca sobre el aparcamiento en el que tenemos estacionado nuestro vehículo

El aparcamiento aledaño al Parador de Oroel se extiende bajo el macizo del mismo nombre

Las nubes finalmente nos permiten divisar la cruz que " corona " la cima de la Peña Oroel

La Peña Oroel despunta sobre el aparcamiento aledaño al Parador de Oroel, inicio y final de este itinerario