El Valle de Orba, más
conocido como Valdorba, queda enclavado en la Zona Media de Navarra y a pesar
de su relativa cercanía a importantes núcleos de población como pudieran ser
Tafalla o la misma capital navarra, es uno de los lugares menos conocidos de nuestra
tierra. Quizás sea ese cercano “ atractivo industrial “ y una teóricamente
mejor o mayor “ expectativa laboral “ que a su vez traería consigo una forma de
vida más “ cómoda “¨, la causa del éxodo rural que ha sufrido este recóndito
paraje de nuestra geografía.
La Valdorba lo
conforman los municipios de Barásoain, Garínoain, Leoz, Oloriz, Orísoain, Pueyo
y Unzué, ayuntamientos que a su vez agrupan a diferentes concejos, muchos de
los cuales han quedado abandonados y otros mantienen, a duras penas, un escaso
número de población.
Históricamente, el
Valle de Orba, a mitad de camino entre el Pirineo y las Ribera Navarra, ha
sufrido un “ ajetreado “ pasado. Escenario de invasiones musulmanas, guerras
entre agramonteses y beamonteses, combates en las guerras carlistas y punto de
paso de uno de los “ ramales ” del Camino de Santiago, la Valdorba “ esconde “ un atractivo legado
que da fe de esa “ generosa “ actividad. Este pudiera ser otro de los “
alicientes “ por lo que merece la pena acercarnos a visitar este Valle.
Desde el punto de vista
“ montañero “, el Valle de Orba, de suave orografía, no destaca por sus
agrestes y afiladas montañas, todo lo contrario, en él destacan los extensos
campos de cereal que se “ resguardan “ bajo las redondeadas lomas cubiertas de
pinos y vegetación mediterránea.
De redondeados perfiles
y con alturas que rondan los mil metros de altitud, estas cimas por lo general
no suponen un “ atractivo “ para el montañero aunque habitualmente son una “
socorrida “ alternativa para esos días en los que la “ meteo “ asoma
desapacible por las “ tierras del Norte “.
San Pelayo ( 959 m ),
en cuya cima queda enclavada la ermita que le da nombre, aparece en el Catalogo
de Cimas de Euskal Herria, uno de los posibles “ motivos “ por los que esta
cumbre es una de las más conocidas, y por lo tanto visitadas, del entorno.
En sus inmediaciones
apenas llamarán nuestra atención otros pequeños “ oteros “ de suaves formas y
que, cubiertos de arbolado, prácticamente pasarán desapercibidos a los ojos del
visitante.
Esta cumbre de San
Pelayo ( 959 m ) va a ser, una vez más, el “ reclamo “ para acercarnos a estos
“ solitarios “ parajes por los que siempre es un placer “ pasear “. Si en la
última ocasión lo ascendimos desde Amátriain ( 683 m ), esta vez va a ser
Orísoain ( 581 m ) la localidad que tomaremos como punto de partida para este
corto y agradable “ paseo “. Esta es mi propuesta, espero la disfrutéis.
Resumen
del Itinerario
Comenzamos a caminar
desde el amplio aparcamiento situado a la entrada de Orísoain ( 581 m ) para
tomar la calle que se adentra en esta pequeña localidad del Valle de Orba.
Buscamos alcanzar la
parte alta de la población, lugar desde el que tomaremos la pista que desciende
por la izquierda ( E ) y que de inmediato inicia un paulatino ascenso.
Damos alcance al paraje
de El Roblar ( 673 m ), punto en el que obviaremos el camino que nace por la
derecha ( S ), dejándolo para el regreso, mientras continuamos ascendiendo al
frente ( E ) por el Camino de San Pelay.
Este camino, amplia
pista, termina por desembocar, sin dificultad reseñable, en la ermita de San
Pelayo, pequeño edificio que corona la cumbre homónima.
Para el regreso
tomaremos un notorio sendero que nace desde los indicadores situados en las
inmediaciones de la cima. Dicha senda discurre entre pinos por la parte alta de
una alargada loma, por la que terminaremos desembocando nuevamente en la pista
utilizada en nuestro ascenso y que rápidamente alcanza el paraje de El Roblar (
673 m ).
Ahora sí, tomaremos el
camino al que hicimos caso omiso en nuestro ascenso y que ahora nace por la
izquierda ( S ) para discurrir entre extensos campos de labor buscando alcanzar
el paraje de Arrondoba.
Los postes indicadores
que encontraremos en las diferentes bifurcaciones que iremos dejando a nuestro
paso nos “ ayudarán “ en nuestro plácido discurrir entre campos de cultivo
para, sin excesivas dificultades, retornar a Orísoain ( 581 m ), localidad en
la que dio comienzo este itinerario.
Datos
del Itinerario
Desnivel:
400 m.
Tiempo:
De 3 h a 4 h
Distancia:
9´30 km aprox.
Inicio:
Orísoain ( Valle de Orba o Valdorba )
Fecha de
realización:
Noviembre 2020
Época recomendada:
Todo el año
Cimas: San Pelayo ( 959 m )
Descripción
del Itinerario
Estacionamos nuestro
vehículo en el amplio aparcamiento situado en la explanada que nos recibe a la
entrada de Orísoain ( 581 m ), lugar en el que encontramos varios paneles
informativos sobre rutas por la zona.
Nos adentramos en el
casco urbano de la localidad por la calle que le da acceso para alcanzar su parte
alta, lugar en el que nos topamos con una bifurcación. A nuestra derecha ( S ), en la fachada lateral de una casa,
destacan varios indicadores.
Hacemos caso omiso del camino
que asciende por la derecha ( S ), por el cual regresaremos, para continuar por
el que desciende al frente ( E ), el Camino de la Fuentica, pista cementada que
de inmediato deja a su paso un poste indicador que señaliza un “ itinerario
micológico “.
En agradable descenso
alcanzaremos de inmediato un nuevo cruce, punto en el que muere el piso
cementado y en el que obviaremos al Camino de Amátriain que nace por la derecha
( S ). Continuamos de frente ( E ).
A los pocos metros
volvemos a toparnos con una nueva bifurcación sobre la que destaca un pabellón ganadero
y en la que haremos caso omiso del Camino de las Estapias que nace por la
izquierda ( NW ). Nuevamente optaremos por seguir al frente ( E ).
Nuestro camino, amplia
pista, inicia un tendido ascenso y no tarda en dar alcance a un cruce en el que
destaca un poste indicador, el cual nos “ invita “ a continuar de frente ( NE )
en dirección a San Pelayo, obviando el camino que nace por nuestra derecha ( E
).
Discurrimos por el
Camino de San Pelay en tendido ascenso y no tardamos en alcanzar el paraje de
El Roblar ( 673 m ), cruce en el que destaca un indicador. Haremos caso omiso
del Camino Viejo de las Bordas que nace por la derecha ( S ) en dirección a Arrondoba
y que tomaremos posteriormente a nuestro regreso. Continuamos al frente ( E )
por la amplia pista.
Ganamos altura
paulatinamente para poco más adelante dar alcance a un discreto cruce, lugar en
el que vemos un marcado sendero, el cual obviaremos, que asciende en brutal
pendiente entre los pinos por nuestra derecha ( SE ). Posteriormente
regresaremos por él.
Seguimos por la amplia
pista y, en breve, esta se bifurca. Las balizas verdes y blancas nos “ invitan “
a continuar por la derecha ( NE ).
No tardaremos en volver
a alcanzar un nuevo cruce, momento en el que abandonamos la pista para tomar un
marcado camino que nace por nuestra izquierda ( N ). Cerrado entre pinos, el
notorio camino gana altura en agradable ascenso y no tarda en atravesar la
pista abandonada anteriormente. Las balizas verdes y blancas señalizan el
camino que continúa su discurrir entre los pinos.
En acusado ascenso volveremos
a desembocar en la amplia pista, momento en el que la tomamos para continuar
ganando altura por la izquierda ( NE ).
La pendiente se va
acentuando mientras ganamos altura hacia la intuible loma cimera aunque antes
de alcanzarla volvemos a toparnos con un nuevo cruce, momento en el que haremos
caso omiso del camino que nace por la derecha ( E ) para continuar ascendiendo
al frente ( NE ).
A la orilla de nuestro
camino dejaremos a nuestro paso una antena para, a los pocos metros, alcanzar el
punto más elevado del mismo, lugar en el que abandonamos la pista por la izquierda
( SE ) para alcanzar la ermita erigida en honor a San Pelayo, la que da nombre
a la cumbre homónima. San Pelayo ( 959 m ), junto a la ermita que la “
corona “ destaca un vértice geodésico, el cual se haya “ encaramado “ en lo
alto de un “ pilar “ de hormigón de 4 metros de altura. Limitada panorámica
debido a la vegetación. En la parte trasera de la pequeña y cuidada ermita, en
una pequeña explanada herbosa, se “ esconde “ un buzón montañero.
Iniciamos el regreso
dando la espalda a la ermita para retomar la pista que le da acceso, la cual
atravesaremos para, a la altura de unos indicadores, tomar un estrecho pero
notorio sendero que se adentra en el pinar.
La senda, notoria en
todo momento, discurre entre los pinos en suave descenso. Tras agradable
caminar, a la orilla del sendero, nos topamos con un discreto hito que señaliza
una poco apreciable senda que nace por nuestra izquierda ( SE ), a la que
haremos caso omiso.
Seguimos de frente ( W
) para atravesar un tramo de pinar que ha sido talado y en el que hay numerosos
restos de ramas que, dependiendo de la época del año, pudieran dejarlo bastante
“ cerrado “.
Paulatinamente la pendiente
acentúa su inclinación para, en fuerte descenso, terminar desembocando nuevamente
en la pista anteriormente utilizada a nuestro ascenso.
Perdemos altura por
esta y no tardamos en volver a alcanzar el paraje de El Roblar ( 673 m ), lugar
en el que, ahora sí, tomaremos el camino Viejo de las Bordas que continúa por
la izquierda ( S ), en dirección a Arrondoba, discurriendo entre campos de
labor.
Nuestro camino se
bifurca, momento en el que una baliza nos “ invita “ a continuar por la derecha
( NW ) pero nosotros la obviaremos para seguir de frente ( SE ).
El marcado camino
termina por desembocar, a la altura de un indicador, en una pista más amplia
que atraviesa perpendicularmente. Continuamos por esta hacia la derecha ( SW ),
en todo momento en dirección a Arrondoba, mientras discurrimos entre extensos
campos.
No tardamos en volver a
alcanzar una nueva bifurcación, lugar en el que destaca una poste de tendido
eléctrico y un indicador. Una nueva pista, el Camino de Amatriaín, vuelve a “
atravesarnos “ perpendicularmente. La tomamos para continuar por la derecha ( W
).
La pista gana notoriedad mientras discurre en
todo momento entre extensos campos de labor. Plácidamente y en suave descenso
terminamos dando alcance a un estrecho carretil asfaltado, el Camino de Saratsu.
A nuestra derecha ( N ), en la orilla de un campo, destaca sobre nuestras
cabezas un mugarri en una de cuyas caras aparece labrada una cruz.
Tomamos la estrecha
carreterita asfaltada por la derecha ( NW ) para iniciar un tendido descenso. Poco
más adelante alcanzamos un cruce en el que haremos caso omiso del camino que
nace por la izquierda ( SW ) mientras nosotros seguimos de frente ( N ) para,
ya por piso cementado, desembocar en Orísoain ( 581 m ), localidad por la que “
callejearemos “ buscando alcanzar el aparcamiento en el que dio comienzo este
itinerario.
Track del Itinerario
Fotos del Itinerario
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Estacionamos nuestro vehículo a la entrada de Orísoain, uno de los siete municipios que conforman el Valle de Orba o Valdorba |
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Aparcamiento en Orísoain, varios paneles informativos destacan en el lugar
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Paneles informativos situados en el aparcamiento |
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Detalle de uno de los paneles informativos situados en el aparcamiento |
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Detalle de uno de los paneles informativos situados en el aparcamiento
| Detalle de uno de los paneles informativos situados en el aparcamiento
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Desde el aparcamiento damos vista a la cercana iglesia de Orísoain, erigida en honor a San Martín de Tours |
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Desde el aparcamiento comenzaremos a caminar en dirección a la calle ( centro ) por la que accedemos al casco urbano de Orísoain |
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Calle por la que accedemos a Orísoain |
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Callejeamos por Orísoain |
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Caminamos por la Calle El Tolar como indica la placa situada en la fachada de una de las casas de Orísoain |
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Buscamos alcanzar la parte alta de Orísoain |
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En la parte alta de Orísoain nuestra calle se bifurca. Obviaremos la calle que asciende por la derecha, por la que posteriormente regresaremos, para continuar por la izquierda en descenso. Varios indicadores ( dcha ) destacan en el lugar |
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Indicadores situados en la parte alta de Orísoain |
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Un poste indicador señaliza nuestro camino, cementado en su inicio |
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Detalle del poste indicador enclavado a la orilla de nuestro camino |
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Nuestro camino no tarda en bifurcarse. Haremos caso omiso del Camino de Amatríain que nace por la derecha mientras continuamos de frente. En este punto el camino cementado pasa a ser de tierra |
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Rápidamente dejaremos atrás Orísoain |
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En breve nuestro camino vuelve bifurcarse. Obviamos el Camino de las Estapias que nace por la izquierda mientras volvemos a optar por seguir de frente |
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Sobre los campos que vamos dejando a nuestro paso asoman al fondo la Peña del Abrigo ( izda ) y la Peña Unzué (dcha ) |
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Ganamos altura en agradable ascenso por el Camino de la Fuentica |
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Bifurcación y poste indicador. Seguimos de frente obviando el camino que nace por la derecha |
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Indicador señalizando el camino a seguir. Continuamos por el Camino de San Pelay |
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Nuestro camino acentúa su inclinación paulatinamente |
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Cruce. Abandonamos el balizado camino que nace por la izquierda mientras seguimos ascendiendo de frente |
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Alcanzamos el paraje de El Roblar, lugar en el que nos topamos con una nueva bifurcación. Hacemos caso omiso del camino que nace por la derecha, el cual tomaremos a nuestro regreso, mientras continuamos de frente |
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Panel indicador en el paraje de El Roblar |
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Detalle del indicador situado en el paraje de El Roblar |
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Entre el frondoso entorno divisamos en primer término la localidad de Orísoain mientras que al fondo asoma Garínoain |
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El camino de San Pelay continúa su placentero ascenso |
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Nuevo cruce. Hacemos caso omiso del camino que nace por la izquierda mientras continuamos ascendiendo al frente |
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Barásoain asoma en el valle |
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Por la derecha del Camino de San Pelay, pista por la que continuaremos ascendiendo, nace un notorio sendero. Lo obviamos ya que posteriormente regresaremos por este. Al fondo ( centro ) asoma lo que parece ser una cueva |
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¿ Puede ser una cueva ? A nuestro regreso lo comprobaremos |
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Cruce de pistas, continuamos por la derecha
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En breve nos topamos con una nueva bifurcación. Abandonamos la pista ( dcha ) para tomar el camino que nace por la izquierda |
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El camino, amplio y notorio, continúa ganando altura |
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El pedregoso camino asciende entre pinos |
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La pendiente nos da una pequeña " tregua " |
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Nuestro camino atraviesa la pista abandonada anteriormente. Seguimos de frente |
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Las balizas ( izda ) señalizan nuestro camino |
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El camino en algunos tramos se convierte en un marcado sendero. El sol intenta " colarse " entre los pinos |
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Entre la frondosidad del bosque asoma La Higa, cuya cima aparece cubierta por las nubes
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El camino parece ganar notoriedad nuevamente
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No somos los primeros en pasar por aquí
| Nuestro camino desemboca nuevamente en la pista abandonada anteriormente. Continuaremos en ascenso por la izquierda
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| La pista, muy pedregosa en este tramo, gana altura en acusado ascenso
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| Mirada atrás hacia el valle |
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Orísoain destaca en primer término con Garínoain y Beásoain asomando al fondo |
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Orísoain
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Poco antes de alcanzar la parte alta de la loma cimera nuestro camino vuelve a bifurcarse. Seguimos de frente obviando el camino que nace por la derecha |
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Ante nosotros, a la orilla de la pista, aparece una antena mientras que al fondo, entre los pinos, asoma la ermita de San Pelayo |
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La pista alcanza la parte alta de la loma cimera. La abandonamos por la izquierda en busca de la ermita de San Pelayo |
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Junto a mi mujer Edurne en la cima de San Pelayo, en la que destaca un vértice geodésico y la ermita que da nombre al monte |
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Ermita de San Pelayo
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Pila benditera o " aguabenditera " y piedra labrada en la fachada de la ermita de San Pelayo |
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Interior de la ermita de San Pelayo |
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Desde la esquina de la ermita de San Pelayo, al fondo y entre la vegetación, algo llama nuestra atención
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Entre la vegetación asoma algo blanco, lo que parece ser un buzón montañero |
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Un marcado sendero nos permite acercarnos al lugar |
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En una pequeña explanada herbosa abierta entre los pinos aparece un buzón montañero |
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Buzón montañero en las inmediaciones de la ermita de San Pelayo |
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Detalle del buzón montañero situado en las inmediaciones de la ermita de San Pelayo |
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Desde el buzón montañero, a pesar de la cercanía de la ermita, apenas divisamos esta |
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Entre la frondosa vegetación, el marcado sendero nos devuelve a la ermita de San Pelayo |
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Retornamos a la ermita de San Pelayo, desde cuya parte trasera nace el sendero que da acceso al buzón montañero |
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Tras un corto descanso, bajo negros nubarrones entre los que se " cuelan " unos rayos de sol, nos despedimos de la ermita de San Pelayo |
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Retomamos la pista en la parte alta de la loma, lugar en el que la atravesaremos para, a la altura de varios indicadores, tomar el sendero que nace de frente ( dcha ) junto a estos |
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Indicadores junto a los que nace el sendero por el que continúa nuestro caminar |
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Un estrecho pero notorio sendero discurre entre un abierto pinar |
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A nuestro paso vamos dejando numerosas setas que nacen bajo los pinos |
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Entre los pinos, bajo nuestro sendero, asoma una pista que discurre paralela |
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La senda por la que caminamos discurre notoria |
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Orísoain asoma entre los pinos |
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La senda discurre paralela a la pista que aparece metros por debajo |
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Un poco apreciable hito ( izda ) señaliza una apenas perceptible senda que nace por la izquierda. La obviaremos para seguir al frente |
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El sendero atraviesa esporádicos claros abiertos en el pinar |
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Mirada atrás hacia San Pelayo, cima que aparece cubierta por un frondoso arbolado |
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La senda vuelve a adentrarse en el frondoso pinar |
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La senda " desaparece " entre las ramas de los pinos que han sido talados |
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Salvado el tramo " talado " la senda vuelve a aparecer notoria |
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Orísoain asoma entre los pinos |
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La senda inicia un acusado descenso hacia la pista por la que hemos ascendido anteriormente |
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Varias motos aparecen en la pista |
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Los " moteros " han hecho varios intentos pero no han podido ascender por la senda que nosotros utilizaremos en el descenso |
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A la izquierda de nuestro sendero asoma lo que anteriormente pensamos que era la boca de entrada a una cueva. Me acerco a visitarla
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Pues no, no es una cueva |
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Desde la cavidad abierta en la roca vemos cercana la pista a la que debemos descender entre las numerosas ramas, restos de la " tala " de pinos |
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Retomamos el sendero que, en fuerte descenso, nos devuelve a la pista |
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Desembocamos en la amplia pista por la que anteriormente ascendimos. Ahora continuaremos en descenso por la izquierda |
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En nuestro descenso disfrutamos de una abierta panorámica hacia el valle |
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Rápidamente volvemos a dar alcance al paraje de El Roblar. Hacemos caso omiso del Camino de San Pelay que desciende al frente, por el que ascendimos al comienzo de este itinerario, mientras nos desviamos por la izquierda tomando el Camino Viejo de las Bordas |
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El panel indicador nos " invita " a continuar en dirección hacia Arrondoba |
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Nuestro camino discurre entre campos de labor |
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El Camino Viejo de las Bordas discurre amplio y notorio |
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Desde el Camino Viejo de las Bordas damos vista a Orísoain, localidad en la que dio comienzo este itinerario y a la que debemos regresar |
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Bifurcación e indicador. A pesar de que el indicador nos " invita " a continuar por la derecha nosotros seguiremos por la izquierda |
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Detalle del poste indicador situado en la bifurcación |
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El camino parece perder notoriedad aunque continúa notorio en todo momento |
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Orísoain asoma entre el frondoso arbolado que nos rodea |
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Orísoain asoma en primer término |
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Orísoain |
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Caminamos entre extensos campos de labor |
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Nuestro camino desemboca, a la altura de un indicador, en otro más amplio y notorio que atraviesa perpendicularmente |
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Indicador en la bifurcación. Continuaremos por la derecha |
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En la bifurcación, a escasos metros a nuestra izquierda asoma un solitario árbol |
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Bajo el árbol destaca un rústico " asiento ". Un bonito y tranquilo lugar |
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Desde la bifurcación continuaremos por la derecha |
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Nuestro amplio camino discurre entre extensos campos de labor |
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A la altura de un poste de tendido eléctrico nuestro camino desemboca en otro que también atraviesa perpendicularmente |
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Bifurcación. Alcanzamos el Camino de Amatriain para continuar por la derecha |
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Un indicador señaliza el camino hacia Arrondoba |
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Dejamos atrás la bifurcación en la que hemos desembocado por el camino de la izquierda |
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Detalle del indicador situado en la bifurcación |
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El Camino de Amatriaín continúa discurriendo entre campos de labor |
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Cruce en el que obviaremos el camino que nace por nuestra derecha. Seguimos al frente |
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Continuamos en plácido caminar entre extensos campos |
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Mirada atrás. San Pelayo destaca en el horizonte |
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Nuestra pista, el Camino de Amatriaín, desemboca en un estrecho carretil asfaltado que atraviesa perpendicularmente. Es el Camino de Saratsu, por el que continuaremos por la derecha |
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En la bifurcación, a nuestra derecha y en el borde de un campo, llama nuestra atención un mugarri |
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Cruz labrada en el mugarri asentado junto al Camino de Saratsu
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Mientras continuamos en tendido descenso por el Camino de Saratsu en el horizonte despuntan la Peña del Abrigo ( centro ) y Peña Unzué |
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Solchaga destaca en primer término mientras que al fondo despunta la Peña del Abrigo ( centro ) sobre Unzué |
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Bifurcación e indicador. Obviamos el camino que, en dirección a Benegorri, nace por la izquierda para continuar al frente ( dcha ) |
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Indicador en al bifurcación |
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Nuestro camino ha pasado de ser asfaltado a ser cementado. Al fondo asoma una explotación ................ ¿ ganadera ? |
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Es una granja de perdices |
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Nuestro camino termina alcanzando la localidad de Orísoain |
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Casa a la entrada de Orísoain |
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Callejeamos por Orísoain |
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Callejeamos por Orísoain |
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Callejeamos por Orísoain |
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Callejeamos por Orísoain |
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Callejeamos por Orísoain |
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Plaza de Orísoain |
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Casa en Orísoain
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Escudo en la fachada de una casa en Orísoain |
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Alojamiento en Orísoain junto a la iglesia de la localidad
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Escudo sobre la puerta de entrada del alojamiento situado en Orísoain |
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Talla de madera en la fachada del alojamiento situado en Orísoain |
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Alojamiento en Orísoain
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Pórtico de entrada a la iglesia de Orísoain, erigida en honor a San Martín de Tours |
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Panel situado en las inmediaciones de la iglesia de Orísoain |
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Iglesia de Orísoain |
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Frontón de Orísoain |
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Desde el frontón descendemos hacia la carretera que da acceso a Orísoain, localidad a cuya entrada hemos estacionado nuestro vehículo |
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Atrás queda la iglesia de Orísoain y las escaleras por las que hemos descendido desde el frontón |
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Aparcamiento situado a la entrada de Orísoain, lugar en el que hemos estacionado nuestro vehículo |
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Nos despedimos de Orísoain |
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