sábado, 20 de febrero de 2021

San Pelayo ( Desde Orísoain )

El Valle de Orba, más conocido como Valdorba, queda enclavado en la Zona Media de Navarra y a pesar de su relativa cercanía a importantes núcleos de población como pudieran ser Tafalla o la misma capital navarra, es uno de los lugares menos conocidos de nuestra tierra. Quizás sea ese cercano “ atractivo industrial “ y una teóricamente mejor o mayor “ expectativa laboral “ que a su vez traería consigo una forma de vida más “ cómoda “¨, la causa del éxodo rural que ha sufrido este recóndito paraje de nuestra geografía.

La Valdorba lo conforman los municipios de Barásoain, Garínoain, Leoz, Oloriz, Orísoain, Pueyo y Unzué, ayuntamientos que a su vez agrupan a diferentes concejos, muchos de los cuales han quedado abandonados y otros mantienen, a duras penas, un escaso número de población.

Históricamente, el Valle de Orba, a mitad de camino entre el Pirineo y las Ribera Navarra, ha sufrido un “ ajetreado “ pasado. Escenario de invasiones musulmanas, guerras entre agramonteses y beamonteses, combates en las guerras carlistas y punto de paso de uno de los “ ramales ” del Camino de Santiago,  la Valdorba “ esconde “ un atractivo legado que da fe de esa “ generosa “ actividad. Este pudiera ser otro de los “ alicientes “ por lo que merece la pena acercarnos a visitar este Valle.

 

Desde el punto de vista “ montañero “, el Valle de Orba, de suave orografía, no destaca por sus agrestes y afiladas montañas, todo lo contrario, en él destacan los extensos campos de cereal que se “ resguardan “ bajo las redondeadas lomas cubiertas de pinos y vegetación mediterránea.

De redondeados perfiles y con alturas que rondan los mil metros de altitud, estas cimas por lo general no suponen un “ atractivo “ para el montañero aunque habitualmente son una “ socorrida “ alternativa para esos días en los que la “ meteo “ asoma desapacible por las “ tierras del Norte “.

San Pelayo ( 959 m ), en cuya cima queda enclavada la ermita que le da nombre, aparece en el Catalogo de Cimas de Euskal Herria, uno de los posibles “ motivos “ por los que esta cumbre es una de las más conocidas, y por lo tanto visitadas, del entorno.

En sus inmediaciones apenas llamarán nuestra atención otros pequeños “ oteros “ de suaves formas y que, cubiertos de arbolado, prácticamente pasarán desapercibidos a los ojos del visitante. 

Esta cumbre de San Pelayo ( 959 m ) va a ser, una vez más, el “ reclamo “ para acercarnos a estos “ solitarios “ parajes por los que siempre es un placer “ pasear “. Si en la última ocasión lo ascendimos desde Amátriain ( 683 m ), esta vez va a ser Orísoain ( 581 m ) la localidad que tomaremos como punto de partida para este corto y agradable “ paseo “. Esta es mi propuesta, espero la disfrutéis.

 

Resumen del Itinerario

 

Comenzamos a caminar desde el amplio aparcamiento situado a la entrada de Orísoain ( 581 m ) para tomar la calle que se adentra en esta pequeña localidad del Valle de Orba.

Buscamos alcanzar la parte alta de la población, lugar desde el que tomaremos la pista que desciende por la izquierda ( E ) y que de inmediato inicia un paulatino ascenso.

Damos alcance al paraje de El Roblar ( 673 m ), punto en el que obviaremos el camino que nace por la derecha ( S ), dejándolo para el regreso, mientras continuamos ascendiendo al frente ( E ) por el Camino de San Pelay.

Este camino, amplia pista, termina por desembocar, sin dificultad reseñable, en la ermita de San Pelayo, pequeño edificio que corona la cumbre homónima.

Para el regreso tomaremos un notorio sendero que nace desde los indicadores situados en las inmediaciones de la cima. Dicha senda discurre entre pinos por la parte alta de una alargada loma, por la que terminaremos desembocando nuevamente en la pista utilizada en nuestro ascenso y que rápidamente alcanza el paraje de El Roblar ( 673 m ).

Ahora sí, tomaremos el camino al que hicimos caso omiso en nuestro ascenso y que ahora nace por la izquierda ( S ) para discurrir entre extensos campos de labor buscando alcanzar el paraje de Arrondoba.

Los postes indicadores que encontraremos en las diferentes bifurcaciones que iremos dejando a nuestro paso nos “ ayudarán “ en nuestro plácido discurrir entre campos de cultivo para, sin excesivas dificultades, retornar a Orísoain ( 581 m ), localidad en la que dio comienzo este itinerario.

 

Datos del Itinerario

 

Desnivel: 400 m.  

Tiempo: De 3 h a 4 h

Distancia: 9´30 km aprox.

Inicio: Orísoain ( Valle de Orba o Valdorba )

Fecha de realización: Noviembre 2020

Época recomendada: Todo el año 

Cimas: San Pelayo ( 959 m )

 

Descripción del Itinerario

 

Estacionamos nuestro vehículo en el amplio aparcamiento situado en la explanada que nos recibe a la entrada de Orísoain ( 581 m ), lugar en el que encontramos varios paneles informativos sobre rutas por la zona.

Nos adentramos en el casco urbano de la localidad por la calle que le da acceso para alcanzar su parte alta, lugar en el que nos topamos con una bifurcación. A nuestra derecha (  S ), en la fachada lateral de una casa, destacan varios indicadores.

Hacemos caso omiso del camino que asciende por la derecha ( S ), por el cual regresaremos, para continuar por el que desciende al frente ( E ), el Camino de la Fuentica, pista cementada que de inmediato deja a su paso un poste indicador que señaliza un “ itinerario micológico “.

En agradable descenso alcanzaremos de inmediato un nuevo cruce, punto en el que muere el piso cementado y en el que obviaremos al Camino de Amátriain que nace por la derecha ( S ). Continuamos de frente ( E ).

A los pocos metros volvemos a toparnos con una nueva bifurcación sobre la que destaca un pabellón ganadero y en la que haremos caso omiso del Camino de las Estapias que nace por la izquierda ( NW ). Nuevamente optaremos por seguir al frente ( E ).

Nuestro camino, amplia pista, inicia un tendido ascenso y no tarda en dar alcance a un cruce en el que destaca un poste indicador, el cual nos “ invita “ a continuar de frente ( NE ) en dirección a San Pelayo, obviando el camino que nace por nuestra derecha ( E ).

Discurrimos por el Camino de San Pelay en tendido ascenso y no tardamos en alcanzar el paraje de El Roblar ( 673 m ), cruce en el que destaca un indicador. Haremos caso omiso del Camino Viejo de las Bordas que nace por la derecha ( S ) en dirección a Arrondoba y que tomaremos posteriormente a nuestro regreso. Continuamos al frente ( E ) por la amplia pista.

Ganamos altura paulatinamente para poco más adelante dar alcance a un discreto cruce, lugar en el que vemos un marcado sendero, el cual obviaremos, que asciende en brutal pendiente entre los pinos por nuestra derecha ( SE ). Posteriormente regresaremos por él.

Seguimos por la amplia pista y, en breve, esta se bifurca. Las balizas verdes y blancas nos “ invitan “ a continuar por la derecha ( NE ).

No tardaremos en volver a alcanzar un nuevo cruce, momento en el que abandonamos la pista para tomar un marcado camino que nace por nuestra izquierda ( N ). Cerrado entre pinos, el notorio camino gana altura en agradable ascenso y no tarda en atravesar la pista abandonada anteriormente. Las balizas verdes y blancas señalizan el camino que continúa su discurrir entre los pinos.

En acusado ascenso volveremos a desembocar en la amplia pista, momento en el que la tomamos para continuar ganando altura por la izquierda ( NE ).

La pendiente se va acentuando mientras ganamos altura hacia la intuible loma cimera aunque antes de alcanzarla volvemos a toparnos con un nuevo cruce, momento en el que haremos caso omiso del camino que nace por la derecha ( E ) para continuar ascendiendo al frente ( NE ).

A la orilla de nuestro camino dejaremos a nuestro paso una antena para, a los pocos metros, alcanzar el punto más elevado del mismo, lugar en el que abandonamos la pista por la izquierda ( SE ) para alcanzar la ermita erigida en honor a San Pelayo, la que da nombre a la cumbre homónima. San Pelayo ( 959 m ), junto a la ermita que la “ corona “ destaca un vértice geodésico, el cual se haya “ encaramado “ en lo alto de un “ pilar “ de hormigón de 4 metros de altura. Limitada panorámica debido a la vegetación. En la parte trasera de la pequeña y cuidada ermita, en una pequeña explanada herbosa, se “ esconde “ un buzón montañero.  

Iniciamos el regreso dando la espalda a la ermita para retomar la pista que le da acceso, la cual atravesaremos para, a la altura de unos indicadores, tomar un estrecho pero notorio sendero que se adentra en el pinar.

La senda, notoria en todo momento, discurre entre los pinos en suave descenso. Tras agradable caminar, a la orilla del sendero, nos topamos con un discreto hito que señaliza una poco apreciable senda que nace por nuestra izquierda ( SE ), a la que haremos caso omiso.

Seguimos de frente ( W ) para atravesar un tramo de pinar que ha sido talado y en el que hay numerosos restos de ramas que, dependiendo de la época del año, pudieran dejarlo bastante “ cerrado “.

Paulatinamente la pendiente acentúa su inclinación para, en fuerte descenso, terminar desembocando nuevamente en la pista anteriormente utilizada a nuestro ascenso.

Perdemos altura por esta y no tardamos en volver a alcanzar el paraje de El Roblar ( 673 m ), lugar en el que, ahora sí, tomaremos el camino Viejo de las Bordas que continúa por la izquierda ( S ), en dirección a Arrondoba, discurriendo entre campos de labor.

Nuestro camino se bifurca, momento en el que una baliza nos “ invita “ a continuar por la derecha ( NW ) pero nosotros la obviaremos para seguir de frente ( SE ).

El marcado camino termina por desembocar, a la altura de un indicador, en una pista más amplia que atraviesa perpendicularmente. Continuamos por esta hacia la derecha ( SW ), en todo momento en dirección a Arrondoba, mientras discurrimos entre extensos campos.

No tardamos en volver a alcanzar una nueva bifurcación, lugar en el que destaca una poste de tendido eléctrico y un indicador. Una nueva pista, el Camino de Amatriaín, vuelve a “ atravesarnos “ perpendicularmente. La tomamos para continuar por la derecha ( W ).

La pista gana notoriedad mientras discurre en todo momento entre extensos campos de labor. Plácidamente y en suave descenso terminamos dando alcance a un estrecho carretil asfaltado, el Camino de Saratsu. A nuestra derecha ( N ), en la orilla de un campo, destaca sobre nuestras cabezas un mugarri en una de cuyas caras aparece labrada una cruz.

Tomamos la estrecha carreterita asfaltada por la derecha ( NW ) para iniciar un tendido descenso. Poco más adelante alcanzamos un cruce en el que haremos caso omiso del camino que nace por la izquierda ( SW ) mientras nosotros seguimos de frente ( N ) para, ya por piso cementado, desembocar en Orísoain ( 581 m ), localidad por la que “ callejearemos “ buscando alcanzar el aparcamiento en el que dio comienzo este itinerario. 


Track del Itinerario


Fotos del Itinerario


Estacionamos nuestro vehículo a la entrada de Orísoain, uno de los siete municipios que conforman el Valle de Orba o Valdorba 

Aparcamiento en Orísoain, varios paneles informativos destacan en el lugar
 
Paneles informativos situados en el aparcamiento

Detalle de uno de los paneles informativos situados en el aparcamiento

Detalle de uno de los paneles informativos situados en el aparcamiento

Detalle de uno de los paneles informativos situados en el aparcamiento

Desde el aparcamiento damos vista a la cercana iglesia de Orísoain, erigida en honor a San Martín de Tours

Desde el aparcamiento comenzaremos a caminar en dirección a la calle ( centro ) por la que accedemos al casco urbano de Orísoain

Calle por la que accedemos a Orísoain

Callejeamos por Orísoain

Caminamos por la Calle El Tolar como indica la placa situada en la fachada de una de las casas de Orísoain

Buscamos alcanzar la parte alta de Orísoain

En la parte alta de Orísoain nuestra calle se bifurca. Obviaremos la calle que asciende por la derecha, por la que posteriormente regresaremos, para continuar por la izquierda en descenso. Varios indicadores ( dcha ) destacan en el lugar 

Indicadores situados en la parte alta de Orísoain

Un poste indicador señaliza nuestro camino, cementado en su inicio

Detalle del poste indicador enclavado a la orilla de nuestro camino

Nuestro camino no tarda en bifurcarse. Haremos caso omiso del Camino de Amatríain que nace por la derecha mientras continuamos de frente. En este punto el camino cementado pasa a ser de tierra 

Rápidamente dejaremos atrás Orísoain

En breve nuestro camino vuelve bifurcarse. Obviamos el Camino de las Estapias que nace por la izquierda mientras volvemos a optar por seguir de frente

Sobre los campos que vamos dejando a nuestro paso asoman al fondo la Peña del Abrigo ( izda ) y la Peña Unzué  (dcha )

Ganamos altura en agradable ascenso por el Camino de la Fuentica

Bifurcación y poste indicador. Seguimos de frente obviando el camino que nace por la derecha

Indicador señalizando el camino a seguir. Continuamos por el Camino de San Pelay

Nuestro camino acentúa su inclinación paulatinamente

Cruce. Abandonamos el balizado camino que nace por la izquierda mientras seguimos ascendiendo de frente

Alcanzamos el paraje de El Roblar, lugar en el que nos topamos con una nueva bifurcación. Hacemos caso omiso del camino que nace por la derecha, el cual tomaremos a nuestro regreso, mientras continuamos de frente

Panel indicador en el paraje de El Roblar

Detalle del indicador situado en el paraje de El Roblar

Entre el frondoso entorno divisamos en primer término la localidad de Orísoain mientras que al fondo asoma Garínoain

El camino de San Pelay continúa su placentero ascenso

Nuevo cruce. Hacemos caso omiso del camino que nace por la izquierda mientras continuamos ascendiendo al frente

Barásoain asoma en el valle

Por la derecha del Camino de San Pelay, pista por la que continuaremos ascendiendo, nace un notorio sendero. Lo obviamos ya que posteriormente regresaremos por este. Al fondo ( centro ) asoma lo que parece ser una cueva

¿ Puede ser una cueva ? A nuestro regreso lo comprobaremos

Cruce de pistas, continuamos por la derecha 

En breve nos topamos con una nueva bifurcación. Abandonamos la pista ( dcha ) para tomar el camino que nace por la izquierda 

El camino, amplio y notorio, continúa ganando altura 

El pedregoso camino asciende entre pinos

La pendiente nos da una pequeña " tregua "

Nuestro camino atraviesa la pista abandonada anteriormente. Seguimos de frente

Las balizas ( izda ) señalizan nuestro camino

El camino en algunos tramos se convierte en un marcado sendero. El sol intenta " colarse " entre los pinos

Entre la frondosidad del bosque asoma La Higa, cuya cima aparece cubierta por las nubes

El camino parece ganar notoriedad nuevamente

No somos los primeros en pasar por aquí

Nuestro camino desemboca nuevamente en la pista abandonada anteriormente. Continuaremos en ascenso por la izquierda

La pista, muy pedregosa en este tramo, gana altura en acusado ascenso

Mirada atrás hacia el valle


Orísoain destaca en primer término con Garínoain y Beásoain asomando al fondo

Orísoain

Poco antes de alcanzar la parte alta de la loma cimera nuestro camino vuelve a bifurcarse. Seguimos de frente obviando el camino que nace por la derecha 

Ante nosotros, a la orilla de la pista, aparece una antena mientras que al fondo, entre los pinos, asoma la ermita de San Pelayo

La pista alcanza la parte alta de la loma cimera. La abandonamos por la izquierda en busca de la ermita de San Pelayo

Junto a mi mujer Edurne en la cima de San Pelayo, en la que destaca un vértice geodésico y la ermita que da nombre al monte 

Ermita de San Pelayo

Pila benditera o " aguabenditera " y piedra labrada en la fachada de la ermita de San Pelayo

Interior de la ermita de San Pelayo

Desde la esquina de la ermita de San Pelayo, al fondo y entre la vegetación, algo llama nuestra atención

Entre la vegetación asoma algo blanco, lo que parece ser un buzón montañero

Un marcado sendero nos permite acercarnos al lugar 

En una pequeña explanada herbosa abierta entre los pinos aparece un buzón montañero

Buzón montañero en las inmediaciones de la ermita de San Pelayo

Detalle del buzón montañero situado en las inmediaciones de la ermita de San Pelayo

Desde el buzón montañero, a pesar de la cercanía de la ermita, apenas divisamos esta

Entre la frondosa vegetación, el marcado sendero nos devuelve a la ermita de San Pelayo

Retornamos a la ermita de San Pelayo, desde cuya parte trasera nace el sendero que da acceso al buzón montañero

Tras un corto descanso, bajo negros nubarrones entre los que se " cuelan " unos rayos de sol, nos despedimos de la ermita de San Pelayo

Retomamos la pista en la parte alta de la loma, lugar en el que la atravesaremos para, a la altura de varios indicadores, tomar el sendero que nace de frente ( dcha ) junto a estos

Indicadores junto a los que nace el sendero por el que continúa nuestro caminar

Un estrecho pero notorio sendero discurre entre un abierto pinar

A nuestro paso vamos dejando numerosas setas que nacen bajo los pinos

Entre los pinos, bajo nuestro sendero, asoma una pista que discurre paralela

La senda por la que caminamos discurre notoria

Orísoain asoma entre los pinos

La senda discurre paralela a la pista que aparece metros por debajo

Un poco apreciable hito ( izda ) señaliza una apenas perceptible senda que nace por la izquierda. La obviaremos para seguir al frente

El sendero atraviesa esporádicos claros abiertos en el pinar

Mirada atrás hacia San Pelayo, cima que aparece cubierta por un frondoso arbolado

La senda vuelve a adentrarse en el frondoso pinar

La senda " desaparece " entre las ramas de los pinos que han sido talados

Salvado el tramo " talado " la senda vuelve a aparecer notoria

Orísoain asoma entre los pinos

La senda inicia un acusado descenso hacia la pista por la que hemos ascendido anteriormente 

Varias motos aparecen en la pista

Los " moteros " han hecho varios intentos pero no han podido ascender por la senda que nosotros utilizaremos en el descenso

A la izquierda de nuestro sendero asoma lo que anteriormente pensamos que era la boca de entrada a una cueva. Me acerco a visitarla

Pues no, no es una cueva  

Desde la cavidad abierta en la roca vemos cercana la pista a la que debemos descender entre las numerosas ramas, restos de la " tala " de pinos 

Retomamos el sendero que, en fuerte descenso, nos devuelve a la pista

Desembocamos en la amplia pista por la que anteriormente ascendimos. Ahora continuaremos en descenso por la izquierda

En nuestro descenso disfrutamos de una abierta panorámica hacia el valle

Rápidamente volvemos a dar alcance al paraje de El Roblar. Hacemos caso omiso del Camino de San Pelay que desciende al frente, por el que ascendimos al comienzo de este itinerario, mientras nos desviamos por la izquierda tomando el Camino Viejo de las Bordas

El panel indicador nos " invita " a continuar en dirección hacia Arrondoba

Nuestro camino discurre entre campos de labor

El Camino Viejo de las Bordas discurre amplio y notorio

Desde el Camino Viejo de las Bordas damos vista a Orísoain, localidad en la que dio comienzo este itinerario y a la que debemos regresar

Bifurcación e indicador. A pesar de que el indicador nos " invita " a continuar por la derecha nosotros seguiremos por la izquierda

Detalle del poste indicador situado en la bifurcación

El camino parece perder notoriedad aunque continúa notorio en todo momento

Orísoain asoma entre el frondoso arbolado que nos rodea

Orísoain asoma en primer término

Orísoain

Caminamos entre extensos campos de labor

Nuestro camino desemboca, a la altura de un indicador, en otro más amplio y notorio que atraviesa perpendicularmente

Indicador en la bifurcación. Continuaremos por la derecha 

En la bifurcación, a escasos metros a nuestra izquierda asoma un solitario árbol

Bajo el árbol destaca un rústico " asiento ". Un bonito y tranquilo lugar 

Desde la bifurcación continuaremos por la derecha 

Nuestro amplio camino discurre entre extensos campos de labor

 A la altura de un poste de tendido eléctrico nuestro camino desemboca en otro que también atraviesa perpendicularmente

Bifurcación. Alcanzamos el Camino de Amatriain para continuar por la derecha

Un indicador señaliza el camino hacia Arrondoba

Dejamos atrás la bifurcación en la que hemos desembocado por el camino de la izquierda

Detalle del indicador situado en la bifurcación

El Camino de Amatriaín continúa discurriendo entre campos de labor

Cruce en el que obviaremos el camino que nace por nuestra derecha. Seguimos al frente

Continuamos en plácido caminar entre extensos campos 

Mirada atrás. San Pelayo destaca en el horizonte

Nuestra pista, el Camino de Amatriaín, desemboca en un estrecho carretil asfaltado que atraviesa perpendicularmente. Es el Camino de Saratsu, por el que continuaremos por la derecha 

En la bifurcación, a nuestra derecha y en el borde de un campo, llama nuestra atención un mugarri

Cruz labrada en el mugarri asentado junto al Camino de Saratsu

Mientras continuamos en tendido descenso por el Camino de Saratsu en el horizonte despuntan la Peña del Abrigo ( centro ) y Peña Unzué 

Solchaga destaca en primer término mientras que al fondo despunta la Peña del Abrigo ( centro ) sobre Unzué

Bifurcación e indicador. Obviamos el camino que, en dirección a Benegorri, nace por la izquierda para continuar al frente ( dcha )

Indicador en al bifurcación

Nuestro camino ha pasado de ser asfaltado a ser cementado. Al fondo asoma una explotación ................ ¿ ganadera ?

Es una granja de perdices

Nuestro camino termina alcanzando la localidad de Orísoain

Casa a la entrada de Orísoain

Callejeamos por Orísoain

Callejeamos por Orísoain

Callejeamos por Orísoain

Callejeamos por Orísoain

Callejeamos por Orísoain

Plaza de Orísoain

Casa en Orísoain

Escudo en la fachada de una casa en Orísoain

Alojamiento en Orísoain junto a la iglesia de la localidad

Escudo sobre la puerta de entrada del alojamiento situado en Orísoain

Talla de madera en la fachada del alojamiento situado en Orísoain

Alojamiento en Orísoain

Pórtico de entrada a la iglesia de Orísoain, erigida en honor a San Martín de Tours
  
Panel situado en las inmediaciones de la iglesia de Orísoain

Iglesia de Orísoain

Frontón de Orísoain

Desde el frontón descendemos hacia la carretera que da acceso a Orísoain, localidad a cuya entrada hemos estacionado nuestro vehículo

Atrás queda la iglesia de Orísoain y las escaleras por las que hemos descendido desde el frontón 

Aparcamiento situado a la entrada de Orísoain, lugar en el que hemos estacionado nuestro vehículo

Nos despedimos de Orísoain

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